Roberta Lebed: "El primer paso fue que me empecé a cuestionar"
La joven guayaquileña, que hoy vive en Londres, posó y conversó con EXPRESIONES sobre la vida sustentable que trata de llevar desde hace algunos años.
El documental de Netflix, The True Cost, significó el descubrimiento de una nueva vida para Roberta Lebed (24). Las imágenes y testimonios de este audiovisual que cuentan la tragedia que se vivió en Rana Plaza (Bangladesh), y todo lo que hay detrás de la industria textil, la segunda más contaminante del mundo, provocó en ella mil cuestionamientos sobre sus hábitos y formas de consumo.
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Leer más¿Es necesario comprar ropa nueva todos los meses? Fue una de las preguntas que más retumbó en su cabeza y que poco a poco se fue dando cuenta que la respuesta era negativa. “Lo primero que hice fue cuestionarme y luego informarme mucho sobre el tema”, aseguró, pues ningún cambio se hace de la noche a la mañana y esto también desencadenó en ella otras interrogantes, por ejemplo el averiguar de dónde provenía la comida con la que se estaba alimentando.
Aunque hace un año, aproximadamente, que no se compra prendas nuevas, asevera que el balance es necesario y una pieza clave no solo para llevar este estilo de vida, sino cualquiera que uno elija, y hacerlo exitosamente. No se niega a la compra de calzado, pero cuando lo hace, se asegura de revisar minuciosamente los materiales usados y la marca. Una reciente decisión que ha tomado, es que únicamente va a adquirir piezas de poliéster que vengan de segunda mano, y las que son de lino o algodón, que son fibras naturales, se ha dado la apertura de consumirlas en tiendas, siempre verificando que se alinee a sus creencias.
Paula Samán: moda sustentable ¡desde siempre!
Leer másAplicaciones móviles, información en internet, documentales y un sinfín más de recursos están disponibles para la gente que está interesada en este tema y no sabe cómo comenzar. La información da el poder para hacer lo que uno quiera, por eso es que la guayaquileña recomienda que antes que nada hay que instruirse mucho, y así después poder tomar acciones de cambio y consciencia.
TRUEQ’, un espacio sostenible
A Roberta, vivir en Londres le ha abierto aún más la mentalidad, la curiosidad y las ganas de llevar una vida lo más sustentable posible. Swap, que en español significa intercambiar, se llamó un evento que se realizó en su universidad y al que asistió. El objetivo era que la gente lleve ropa en muy buen estado para poder cambiarla con otras personas, y así disminuir el consumismo textil. Durante estos meses, estuvo en Guayaquil por la pandemia, y decidió replicar la idea que tuvo como nombre TRUEQ’. Se llevó una satisfactoria sorpresa al ver que sus amigas y demás conocidos, les agradó la causa. “Me di cuenta que es el momento y la oportunidad para cambiar esta ideología de que todo tiene que ser nuevo y tiene que tener un costo. Siento que en estos momentos que vamos a estar apretados económicamente, renovar el clóset es una manera de motivarnos. Yo quiero fomentar la cultura del intercambio, de dar y recibir al mismo tiempo”, expresó.
Un regreso seguro a Ecuador
La guayaquileña estudió su carrera universitaria y máster fuera del país, sin embargo anhela regresar. Resalta el gran potencial que le ve a Ecuador y adelanta algunos de los proyectos a futuro que quiere llevar a cabo aquí. “Quiero crear textiles a base de fibra de banano. Los desechos que hay, que son millones de toneladas, me gustaría destinarlos como materia prima para la industria textil ecuatoriana. Quiero desarrollarlo, tengo aliados en otros países y una vez que se abran las fronteras, seguir conversando para ponerlo en marcha”, reveló.
The True Cost, una breve explicación
Este documental desnuda cómo muchas marcas globales de moda rápida reducen el costo de sus prendas para ser competitivas a costa de la explotación de sus empleados y de los recursos ambientales. Las confecciones se hacen en países menos desarrollados en los que la paga es extremadamente baja en comparación a las horas de trabajo, y donde la mayoría son mujeres. Aquí también se cuenta la tragedia vivida el 24 de abril de 2003, cuando el edificio de ocho pisos Rana Plaza ubicado en Daca, Bangladesh se derrumbó encima de sus trabajadores. Murieron alrededor de 1.000 personas.
Mi posición en la industria de la moda es que para mí el diseñador tiene que crear soluciones a problemas. Siento que debo tratar de cambiar el impacto ambiental devastador que están provocando y ese ha sido mi enfoque en los últimos años.
Mi papá me regaló 7 jeans que no le quedaban, que estaban viejos o rotos, y yo los modifiqué. Esta chaqueta la hice con dos de ellos y otros dos pantalones que uso también los alteré para que me queden. Me interesaría hacerlo como negocio, ya gente me ha pedido, pero todavía es algo muy nuevo y estoy viendo la logística”