Roberto Begué: "Gracias a Dios llegué a los 50"
Uno de los rostros más populares de la televisión de los años 90, hoy confiesa que tiene una edad en la que ya bajó las revoluciones.
En la televisión hizo de todo, menos presentar noticias. Su carrera en la TV abarcó más de 25 años. Hoy Roberto Begué llega a los 50, una edad crucial en la vida de muchas personas. Sereno, alegre y jovial como siempre, abordamos al expresentador de Aló qué tal para que responda El Cuestionario.
¿Recuerda aquel libro de Yamile Humar, Mierda, llegué a los 50? ¿Cuál sería el título del suyo?
Yo le pondría Gracias a Dios llegué a los 50. Gratitud es lo que siento al llegar a una edad en la que he ganado madurez, sabiduría, experiencia. Ya no tienes el espíritu rebelde de cuando estás en los 20 o los 30, pero están las ganas maravillosas de disfrutar la vida de una forma diferente.
¿Qué la hace diferente?
Valoras y sientes más la vida, todo lo que te rodea, los momentos, los seres queridos. Todo lo haces por una razón. En lo personal me siento productivo, lleno de energía; pero tampoco tienes todo el tiempo del mundo para esperar y todo pasa tan rápido.
¿Y cómo se ve ahora?
Como alguien que trata de ser una mejor persona, hago mucha introspección respecto a eso.
Pero bueno, no es lo mismo tener 50 ahora que llegar a esa edad en 1990.
Totalmente. Te mantienes mejor físicamente y hay más cosas para lograrlo. Está la cultura del ejercicio y el comer sano. Realmente es actitud y hacer conciencia de las pequeñas cosas para lograr grandes cambios. Si todos supiéramos eso nos sentiríamos mejor y actuaríamos de otra forma.
Celebra sus bodas de oro con la vida con su propia marca y proyectos personales...
Estamos con mi marca D’Begué, que no es solo mía sino también de mi socia y novia, María Isabel Simo. Tomó dos años, uno de desarrollo de producto y luego la cuestión de la marca, permisos, registros para, finalmente, dar a conocer los productos.
¿Es más fácil sacar una marca siendo conocido?
De pronto podrán saber quién es Roberto Begué, pero no el cocinero. Yo tengo estudios, pero nunca he sido de sacarme fotos con los títulos. Empezó como una vocación que luego se transformó en pasión y que hoy ha derivado en un buen producto, que es una pasta fresca hecha en casa. Tenemos ñoquis, pizzas y tres salsas: la boloñesa, la pomodoro y la cuatro quesos.
¿Sigue con la miel de abeja?
Por supuesto, adelante.
¿Qué pasó con su canal de YouTube?
Ahí sigue, vamos a empezar a subir cosas nuevas, no solo recetas. Estamos trabajando en un buen proyecto, no quiero adelantar mucho hasta que esté totalmente plasmado. Y continúo en mi trabajo fijo como director comercial de una empresa que importa equipos de cosmetología y estética.
¿Extraña la televisión de antes? ¿Qué piensa de la actual?
Ha perdido esa esencia de divertir sanamente, hoy en día se quiere mostrar todo y quién da el mejor chisme. Pienso que se puede informar de una forma distinta, pero hay que aceptar que los tiempos han cambiado y la tendencia es diferente a la de hace 20 o 30 años. Recuerdo que cuando terminó Aló qué tal empezaron los programas de farándula y posteriormente los reality shows. Es igual que en la música, yo prefiero el pop de los 80, pero lo de ahora es reguetón. A mí no me gusta, pero hay gente que sí.
¿Agradece haber sido parte de otra televisión?
Por supuesto, tenía la edad para hacerla, conocí gente valiosa.
Hizo de todo, hasta fue actor...
Bueno, en programas de variedades sí, lo que nunca hice fue presentar noticias. Y no me considero un buen actor, pero me gusta. Salí en Dulce tormento (risas) y actué no hace mucho en La era del sexo, con la que hicimos una temporada de éxito. La televisión me agrada, pero es una etapa que ya pasó.
¿No volvería para nada?
No, porque estoy enfocado en lo mío y dedicado a mis cosas. Imagínate que me llamen ridículo por seguir bailando en televisión. Si fuera noticias, tal vez, pero no está entre mis planes.
¿Cómo están sus hijos?
Mi hija Daniela tiene 27 y mi hijo Roberto, 22. Gracias a Dios no se han casado ni me han hecho abuelo todavía y espero que no lo hagan. Agradezco que estén bien y sean buenos chicos.
¿Pendientes con la vida?
Sí, claro, y más en el aspecto personal. Quiero evolucionar, avanzar. Estoy consciente de que si lo hago, mi entorno mejora. Creo que dentro de nosotros hay un universo infinito de cosas que desconocemos y hay que descubrirlas. Estoy en ese camino.
¿Potencializó algo en estos meses de pandemia?
Precisamente la marca de pasta creció en el confinamiento. Desarrollé la pizza y los otros productos, tuve todo el tiempo.
¿Qué tal como ‘Esperancito’?
Bien (risas). No soy temático con el orden. Viví mucho tiempo solo, no me muero de hambre, sé cocinar, la casa se limpia cuando hay que hacerlo. Lo único feo es lavar la ropa.
"ESPERO QUE MARÍA ISABEL SEA MI COMPAÑERA PARA SIEMPRE"
Hace dos años, Roberto se dio una nueva oportunidad en el amor tras conocer a María Isabel Simo. “Además de mi socia, es mi compañera y espero que lo sea para siempre. Estamos en una bonita relación y hay una buena compenetración entre ambos que seguimos desarrollando, queremos hacer más cosas. Los dos nos encontramos en un momento muy importante de nuestras vidas, hicimos clic. Con los años, como te mencioné al principio de esta entrevista, valoras más las cualidades de las personas. Antes no lo hacía porque estaba en otra etapa. He bajado revoluciones y estoy muy contento”.
PING PONG
Un programa: Aló qué tal.
Una serie: Élite y Friends.
Un filme: Leyendas de pasión.
Un actor: Sean Connery.
Una actriz: Angelina Jolie.
Un deseo: Muchos.
Una canción: Don’t you forget about me, de Simple Minds.
Un presentador: Jorge Suárez.
Un chef: Guy Fieri.
Un libro: El talismán de la felicidad.
Un plato: La pasta.
Un perfume: 1 Million.
Un equipo: Emelec.
Un jugador: Cristiano Ronaldo.
Una posición: Delantero.
Una lección: Todo regresa.
Un animal: El perro.
Una virtud: Fiel
Un defecto: Muchos.
Dos frases: “No eres más porque te alaben, ni menos porque te desprecien” y “Abandona lo que conoces y conocerás algo mejor”.