Rodolfo Sancho reaparece a poco de que se conozca la sentencia de su hijo Daniel

Se lo vio sonriente y relajado. Rodolfo Sancho (49) apareció este jueves 25 de julio en Palma de Mallorca y ha decidido retomar su vida profesional, poco más de un mes antes de que se conozca la sentencia final que será aplicada a su hijo Daniel Sancho (30), por el presunto asesinato del cirujano p´lastico colombiano Edwin Arrieta.

Junto a sus compañeros de plató, estrenó la cinta Un paseo por el Borne, vestido con un look informal: jeans, camiseta negra, zapatos deportivos y gafas de sol. Su actitud es diametralmente opuesta a la que demostró en Tailandia, cuando se encontraba frente a la prisión de Koh Samui.

Rodolfo Sancho y el duro momento que enfrenta

Cuando su hijo fue encarcelado en ese país asiático, Rodolfo Sancho decidió apartarse del ojo público. Pero ahora, todo ha cambiado. Incluso reconoció en un encuentro con el diario El Mundo que en este tiempo ha recibido propuestas de trabajo, pero que ha debido rechazarlas por “problemas de tiempo”.

Habla también de cómo ha enfrentado estos meses, y admite que ha sido una “sensación muy rara”. “De repente, tienes un problema, algo te va mal, y todo el mundo se siente con el derecho de hablar de ti. Yo me pregunto: si con 17 años decides ser actor, ¿dónde está escrito que desde ese momento todos pueden hablar de tu vida?”, se queja.

Pero pretender que el caso de su hijo no sea de interés público es pretender vivir en un mundo ideal. En todo caso, este 29 de agosto se trasladará a Koh Samui para acompañar a su hijo Daniel durante la publicación de la sentencia. Se espera que el joven se libre de la pena de muerte, de la que se habló en un primer momento.

Rodolfo Sancho es reconocido como uno de los mejores actores de España, además de ser hijo de otro gran artista, Sancho Gracia, quien falleció en 2014.

Daniel Sancho, sus abogados dan un giro drástico a su caso

El 7 de agosto de 2023, todo cambió en la vida de Rodolfo Sancho. Ni la fama ni los logros alcanzados fueron suficients para borrar de su vida lo que sería uno de los episodios que debería atravesar como padre. Su primogénito, Daniel Sancho, fue detenido y apresado en Tailandia luego de confesar el presunto homicidio y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. 

Se habló de pena de muerte y el futuro para el joven chef de 30 años no parecía para nada promisorio. Pero ahora, su caso ha sufrido una actualización que podría cambiarlo todo, a poco más de un mes de que se conozca la sentencia final, programada para el 29 de agosto.

La Corte Provincial de Koh Samui dio de plazo hasta el 25 de julio para que la defensa y la acusación entregaran sus escritos de conclusión, esto con los informes que avalaran sus tesis. Ha sido con esta documentación que los defensores de Daniel Sancho aportaron "un informe de dos criminólogos", según da a conocer el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.

Este busca comprobar que Daniel Sancho no mató de forma premeditada a Edwin Arrieta. "El señor Daniel compró una sierra específicamente para cortar madera, dejando en el mismo estante de la tienda Home Mark otras sierras que pueden usarse para cortes más profundos y no específicas de madera", se dice en el inicio del documento.

Y afirma que la herramienta sería utilizada para "cortar cocos por la mitad y usarlos como platos de comida para mostrar en su canal de YouTube". Y continúa: "Si lo hubiera premeditado, habría comprado otra sierra más eficaz para ese tipo de cortes, de las que había varias a la vista en la misma tienda en la que estuvo".

Hace luego un recuento de los hechos, y razona: "El señor Daniel se dirige al hotel donde el señor Edwin había hecho una reserva previa. El señor Daniel se registra dejando todos sus datos personales en recepción y dejando su huella genética en la habitación. ¿Qué persona que tiene planeado, premeditado (un crimen) realiza estos actos? La compra de bolsas de basura no puede considerarse como prueba de premeditación del crimen porque, como se ha observado, se utilizaron otro tipo de bolsas o sacos para guardar los restos, lo que apoya la idea de que no hubo premeditación, sí improvisación", concluye el informe de los dos criminólogos.

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