Ronald Farina: "No soy machista ni troglodita"
Luego de tres años y medio el presentador quiteño volvió a Guayaquil para estar al frente de 'Soy el mejor'.
Con su familia vino desde Quito a vivir a Guayaquil. Ronald Farina (40) es el presentador del programa 'Soy el mejor', de TC. Antes de regresar a la capital de la República (hace 3 años y medio) estuvo en el reality 'Calle 7' del mismo canal.
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Leer másLuce más delgado, el cabello corto y barba la cual no tiene previsto cortarse. A él le gusta, así como a su esposa Eliana Carmigniani y a sus hijos Mila Fiorella (19), Bianca (10) y Leandro (9). A los 18 años se hizo su primer tatuaje en el brazo izquierdo, luego otro, a los 27.
“Así hasta que llené esa parte de mi cuerpo. Al principio los talentos nos moldeamos a lo que nos piden, ahora debo sentirme cómodo con mi look. Si me piden que me corte la barba no lo haría porque es parte de mi imagen. No interfiere en mi trabajo. Así soy yo”, comenta.
Cuando regresó a Quito, la TV no estaba en sus planes.
Estaba enfocado en otras actividades, pero en Quito me llamaron para la última temporada de 'Yo me llamo' y 'Quiero cantar contigo' de Teleamazonas. Volver a Guayaquil y a la TV fue una decisión meditada en familia.
Cambiarse de ciudad no es tan sencillo…
La pandemia nos aisló, yo trabajaba desde casa, los niños estudian de manera virtual, no eran grandes los cambios y el trabajo de mi esposa puede desarrollarlo en Guayaquil. Me apoyaron, no lo pensamos dos veces. La vida es para aprovechar oportunidades y disfrutar los momentos y si este momento nos hace feliz, hay que darle.
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Leer más¿Tiene previsto quedarse una larga temporada?
Es incierto saber qué tiempo durará el programa, la idea inicial es quedarse un año. Ya no nos complicamos ni nos estresamos por lo que pase porque lo importante es que estemos bien y juntos. Hace 3 años empecé a trabajar en comunicación para empresas, organizar eventos y hacer comerciales. Tuve la intención de abrir un restaurante en homenaje a mi padre (Ramón), pero me di cuenta que hay muchos negocios de ese tipo en Quito, por ello lo descarté. Preferí hacer comunicación a empresas.
De alguna manera sorprendió su regreso a TC porque a usted no le hizo gracia que en el canal volvieran a emitir el espacio 'Apuesto por ti' sin decirle nada y sin beneficios económicos.
No reclamé porque lo volvieran a emitir. Lo que hubo fue una mala comunicación. Lo pusieron en el mismo horario en el que estaba el espacio de Teleamazonas y se estaba vendiendo la publicidad digital con la imagen del programa. Conversamos, se llegó a un acuerdo, fue rápido y cortés. Me llevo bien con la gente de TC. Me sorprendió cuando me llamaron para 'Soy el mejor'. Es bonito que existan buenos recuerdos. Agradecí que me tomaran en cuenta.
¿Primera vez que trabaja con Carolina Jaume?
Fuimos compañeros en la Universidad Casa Grande. Ahí me gradué en Comunicación Escénica y Social. Ella se divierte y nos inyecta esa buena onda. Ha estado enferma con psoriasis.
Se operó para no tener más hijos...
Con Eliana llevamos diez años de matrimonio, vamos para once. Ya no queremos más hijos. Hace 3 años me hice la vasectomía, una cirugía rápida y sin dolor. No fue un tema que me complicó, no soy machista, ni troglodita, en esta etapa de la vida, no estamos para tener muchos niños. En otro compromiso tuve a Mila Fiorella, quien estudia en la universidad. No necesito al equipo de fútbol.
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Leer másLos hombres también sufren la crisis de la edad. ¿A usted le dio cuando llegó a los 40?
(Risas) Mi esposa me dice que sí, yo no sé. A veces me aburro de lo que tengo y siempre quiero cambiar. Le comenté que deseaba comprar una moto, entonces me dijo que eso era la crisis de los 40. En Quito, unos amigos salen a pasear en moto, a mí también me dio ganas.
Los 40 llegaron con aprendizaje, espero que con introducción a la sabiduría para no cometer errores, entendí que es más importante ser que tener, hay un montón de cosas que he moldeado en mi forma de ser y pensar, comprendí que hay batallas que no hay que luchar. La farándula no me gustaba y sé que no soy su platillo fuerte.
Comprendí que la forma de expresarme no era la mejor. Aprendí a ser paciente y a escuchar. La vida se la dedico a mi familia, al trabajo y a ser feliz. Ya no podría pelearme con nadie, para mí, ahora todo es bacán.
Algunos de los talentos participantes se contagiaron de coronavirus...
Así es. En mi caso, en julio del 2020 me contagié. Nos dio a mi esposa y a mí. Mis hijos no presentaron síntomas. Creo que agarré la enfermedad en el supermercado porque no salía casi para nada, solo para comprar la comida. Nos cuidamos con buena alimentación y ejercicios, hicimos cuarentena un mes.
Nos hemos hecho muchas pruebas. El hisopado es terrible, me duele el alma. Aguanto que me saquen sangre, pero no eso. Los talentos enfermos están en reposo y se cuidan, además se toman medidas de bioseguridad. Se trata de evitar que el asunto empeore.
¿En qué se considera ‘el mejor’?
En amar a mi familia. Es un concepto subjetivo porque para cada quien ser el mejor puede tener diferentes significados, en lo personal, laboral… En el programa existe una noble causa, con muchos casos sociales. A través del entretenimiento se ayuda. Quince talentos que no están preocupados en ganar sino en dar una mano. Trabajan por alguien más.
Luce más delgado. ¿Usted se operó para perder peso?
Sufría de un desorden congénito porque mis niveles de colesterol, triglicéridos y azúcar eran muy altos. Casi me da diabetes, sin tener exceso de peso, el médico me dijo que podía darme un infarto. Soy sano, pero los niveles se elevaban. No me hice la manga gástrica, tenía dislipidemia. Para ello es otro tipo de cirugía. Me cortaron un pedazo de intestino para eliminar donde se colocaba la grasa.
¿Por ello adelgazó?
No tanto. Uso la misma ropa de antes, empecé a bajar de peso desde que me fui a Quito. Los niveles de colesterol y triglicéridos han bajado a 200. Ya no están en 1.200 o 700. Hace más de un año me operé. Como era asintomático no sentía nada. Cuando vi esos niveles llamé a mis primos que son médicos, se asustaron y me dijeron: ‘yo me metería en un hospital porque eso no es normal’.
En Quito hice un cambio de rutina, mucho ejercicio, montaba bicicleta, mi sueño era escalar el Cotopaxi, nunca lo logré. Mi mamá (Laura) siempre me decía prevención en lo referente a salud. En Quito no se come en la noche como en Guayaquil. Acá es puro arroz con menestra.