Sergio Sacoto: “El arte es revisitar a tu niño interior”
El músico ecuatoriano presenta Uno vuelve, un álbum que le permite revisitar los temas con los que se enamoró de la música
El estudio de Sergio Sacoto es como una juguetería. Es el cuarto de juegos de un niño de 55 años (cumplidos el 13 de agosto) que, entre guitarras, sintetizadores y teclados, ha creado un nuevo mundo sonoro inspirado en esos temas que lo formaron como cantautor.
Uno vuelve es el nombre del álbum que acaba de publicar y con el que se permite revisitar su infancia, su historia, sus canciones. Relata que se fue dando cuenta de lo que le seguía moviendo, lo que ya no tanto, lo que quizá no volvería a cantar. Hacer este disco fue para su también productor como revisar las gavetas de su habitación de la adolescencia y encontrarse con todas sus motivaciones juveniles – y ya no tanto- y apoderarse de esa esencia que aún perdura pese a los años.
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Leer másComo lo subtitula en la carátula, es un homenaje a la banda que lo dio a conocer en el país, Cruks en Karnak. Ese pop rock de los 90 hoy vuelve con unas versiones más actuales y una conexión renovada.
En esta ‘juguetería’, Sergio se ha pasado cuatro años construyendo, desarmando, revisando y volviendo a hacer todo su catálogo musical de aquellos años. Confiesa que esto no se acabaría, porque es muy perfeccionista y tuvo que poner una fecha límite para finalmente sacar los temas. Son 14 los tracks que fueron dándose a conocer poco a poco desde 2019. Ahora el proyecto está finalizado y lo presentó el viernes pasado para el público quiteño en la sala del Teatro San Gabriel.
Aquí la entrevista en la que Sacoto deja claro que volvió a su interior.
La entrevista
¿Se dio cuenta de que ya pasaron 34 años desde que empezó con la banda?
Sabes que no suelo contar mucho, pero ahora que dices… ¡chuta! Es un montón. Los primeros años fueron itinerantes y estábamos probando la posibilidad de que funcione. Recuerdo que la primera vez que nos subimos a tocar fue el 29 de junio de 1989.
También cambió el look. Antes usaba el pelo muy largo y lleno de churos.
Es que cuando inicié con la banda venía del ejército en Argentina (nació en Buenos Aires). Entonces siempre uno va del yin al yang. Dos años estuve pelado y esa fue la reacción natural.
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Leer másPero esta parte de su etapa de conscripto también es importante, y la está recordando en sus redes.
Así es. Subí una foto a mi Instagram y es que ahí comencé a contemplar el hacer música para entretener. Allí me encontré con esta parte mía que no sabía que existía. Me separé de mis papás, de mis amigos, empecé de cero por primera vez. Y como hablaba tan extraño, la forma de encajar fue a través de la música. El bullying más salvaje y feroz fue para el man que hablaba raro para ellos. Pero entretener y cantar hizo que me acepten. Les cantaba salsa y pop en inglés y en español. También baladas, en especial Endless love, de Lionel Richie.
Ahora que ha revisitado estas 14 canciones de su grupo inicial, ¿qué fibra le movió más los sentimientos?
Cuando las haces, te desapegas de las emociones porque lo ves todo muy técnico y práctico. Luego te dejas llenar de canción cuando está lista. Mi favorita es el Bebé volador.
¿Qué significa ahora para usted?
Es de las más viejitas del catálogo y nació de una depresión. La historia habla de que cuando uno muera nadie te va a recordar, y es de ver un poco la vida como una víctima. Yo me veía indefenso en ese momento. Ahora que ha pasado el tiempo, y son tantos años, me doy cuenta de que la canción es una especie de canto funerario al niño interior. Le estoy cantando al niño mío que murió y que era feliz con las cosas más sencillas.
¿Grabar este disco significó para usted esta reconexión?
El arte siempre es reconexión con el niño interior. Los artistas siempre somos niños, de alguna forma, cuando estamos cantando, bailando, componiendo. Hay un poco de esa magia y asombro.
¿Por qué se decidió específicamente por estos 14 tracks?
Empecé muchos más temas. Por eso esto demoró tanto. Las que no entraron se guardaron en una carpeta que se llama volumen 2. En algún momento saldrá. Se quedaron los que más fluyeron y los que sentí más.
¿A dónde no volvería?
Todas las épocas para mí son importantes en la vida. Pero quizá la última parte de la niñez y la adolescencia. No fueron épocas muy agradables, fueron duras. No quiero volver a vivir mi adolescencia.
Pero entre los 40 y 50 años muchos adultos viven como una segunda etapa de esto. ¿Le pasó?
Sabes que, en la medida de que tienes posibilidades, comienzas a darte gustos que no tuviste en aquellos años. Yo, por ejemplo, colecciono juguetes de esos que no pude tener. El más especial es un hombre elástico que compré en Estados Unidos.
¿Qué viene en el futuro?
Sacar más sencillos y videos. A finales de año vamos a tocar con los Cruks, entre octubre y diciembre. Es un reencuentro llamado El último baile.
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