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Fundación Orquesta Ciudad de Quito
El ensamble de la Fundación Orquesta Ciudad de Quito será encargada de interpretar la pieza.Cortesía Fundación Orquesta Ciudad de Quito

La sinfonía inconclusa de Schubert sonará en Quito

El recital se llevará a cabo el domingo 10 de noviembre en la Casa de la Música

Los compositores inmortales de la música universal - Gioachino Rossini, Félix Mendelssohn y Franz Schubert - cobrarán vida en las manos de 50 jóvenes músicos el próximo 10 de noviembre en la Casa de la Música.

El recital, parte del sexto aniversario y del lanzamiento de la Temporada 24/25 de la Fundación Orquesta Ciudad de Quito, llevará al público en un viaje sonoro inolvidable.

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Alex Quitigüiña, director artístico de la orquesta, señaló que el recital es “fruto de meses de dedicación. Queremos mostrar no solo la calidad de nuestra orquesta, sino también el increíble nivel musical de cada uno de nosotros. El público vivirá una experiencia única, llena de emoción, a través de nuestro arte”.

La maestra Lorena Suárez, que dirigirá a los músicos, indicó que el concierto fueron minuciosamente seleccionado para ofrecer un repertorio excepcional entre los que está la Sinfonía Inconclusa de Schubert. “Tanto Schubert como Mendelssohn, aunque separados por geografías -uno en Austria y el otro en Alemania-, compartieron una época en la que creaban desde lo más profundo de su ser”, dijo.

El concierto será a las 17:00 y tiene un costo de $15.

¿Cuál es la sinfonía inconclusa?

La composición de la sinfonía comenzó a principios 1822, cuando Schubert se encontraba en el cenit de su carrera. A finales de ese año, ya había compuesto los dos primeros movimientos y esbozado un tercero.

Sin embargo, poco después, el músico contrajo sífilis y durante un tiempo estuvo incapacitado, momento en el que dejó de trabajar en la sinfonía y la dejó de lado.

Shubert eventualmente se recuperó, pero no terminó la pieza. Más bien envió lo que tenía a la Sociedad Musical Estiria en agradecimiento a su inclusión como miembro honorario. Ahí quedó guardada e un cajón hasta que, en 1865, el director de la entidad se la entregó al director Johann von Herbeck, quien la estrenó y notó que faltaba el último movimiento. Pese a ello, la pieza se interpreta hasta el día de hoy.

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