Sophie de Edimburgo también le dio dolores de cabeza a Isabel II
Aunque siempre ha preferido mantenerse un paso por detrás hizo de las suyas
A la familia real inglesa le llueven los problemas. Ante la crisis sin precedentes, un personaje se deja ver como el as bajo la manga del Palacio de Buckingham: Sophie de Edimburgo (59), esposa del príncipe Eduardo, hermano pequeño del rey Carlos.
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Discreta y trabajadora, la duquesa de Edimburgo es una de las royals más queridas por los ingleses, y lo que casi es más importante en el caso de los Windsor, también lo es dentro de su propia familia, aunque no siempre fue así.
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Sophie fue la primera persona que entró a formar parte de la Familia Real inglesa sin pertenecer a la aristocracia (su padre era un próspero vendedor de automóviles y su madre era secretaria), conoció al príncipe en 1993 en un partido benéfico de tenis y seis años después anunciaron su compromiso.
El 19 de junio de 1999 se dieron el ‘sí, quiero’ en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, rompiendo la tradición de la realeza de casarse en la Abadía de Westminster. La primera muestra que dio el matrimonio de que quería mantener un perfil bajo y discreto.
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Leer másTras su boda se convirtió en condesa de Wessex (título que ella y su marido han cambiado por el de duques de Edimburgo que les concedió Carlos III siguiendo los deseos de sus difuntos padres) e inmediatamente comenzaron las comparaciones con Lady Di.
Su pelo rubio con un corte similar, ojos azules y su dulzura parecían un calco de la fallecida princesa, pero en sus planes nunca estuvo ocupar ese papel. Ella siempre ha preferido mantenerse un paso por detrás, no llamar la atención. Tampoco ha querido ser un icono de moda como otras mujeres de la realeza.
No hay un solo miembro de la Familia Real inglesa que no haya protagonizado un escándalo de mayor o menor magnitud. No habían pasado ni dos años de la boda, cuando se vio envuelta en una polémica que hizo tambalear los cimientos de los Windsor.
Ella seguía trabajando en una empresa de relaciones públicas que había fundado junto con un socio y se reunió en un hotel de Londres con un jeque árabe para hablar de negocios. El jeque era un periodista del diario 'News of the World', que escondió una grabadora y posteriormente publicó la conversación.
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Leer másAseguraba que “la gente no quiere que Camila sea reina” y que era “la número uno en la lista de diez personas más impopulares”, también se refería a la reina Isabel II como “vieja querida” y, algo imperdonable en el caso de los royals, daba su opinión política sobre el entonces primer ministro Tony Blair “es un ignorante”.
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