Suzanne Ruiz: una orgullosa ‘ecuañola’
Desde Madrid, la fundadora de Yanapaqi, marca de accesorios que resalta la cultura ancestral ecuatoriana, revela cómo pudo converger su identidad ante una mezcla de culturas.
Su juventud estuvo marcada por una rabia y un enfado a su alrededor que se traducía a una falta de identidad concreta. ¿Pero yo quién soy? era una pregunta que rondaba la cabeza de Suzanne Ruiz por esos años, hasta que apareció el término “ecuañola” en su vocabulario, del que se apropió y con el que hoy se identifica al 100 %.
La historia de esta mezcla de nacionalidades comenzó en los años 80, cuando su madre, guayaquileña, y su padre, español, se conocieron en Guayaquil. Surgió un amor que los llevó hasta Madrid, ciudad elegida para formar un hogar y donde nacieron sus dos hijas.
Recuerda haber crecido en un ambiente rodeado de muestras de arte ecuatoriano y precolombino, así como unas cuantas tradiciones, no tantas como le hubiera gustado, pero igual siempre presentes. “A Ecuador no íbamos tanto y, cuando lo hacíamos, cada vez que regresaba, sentía que una parte de mi corazón se quedaba allá”, reconoce.
Daniela Quiñones: ponchos y shigras que cuentan historias
Leer másAnte este sentimiento tan fuerte que la unía a sus raíces latinas, Suzanne logró pasar de esa época de fastidio a una de empoderamiento, ya teniendo claro quién es. Los múltiples viajes que hizo fuera de España influyeron también en la deconstrucción y nueva construcción de su ser.
En cada ciudad que visitaba, coincidentemente, forjaba una hermandad con mujeres latinoamericanas. Fue así como se dio cuenta de la armoniosa combinación que podía establecer entre lo ecuatoriano y lo español.
Pese a que estudió Derecho y Administración y Dirección de Empresas, el máster que hizo en Gestión Responsable y Desarrollo Económico Sostenible en la Universidad para la Paz en Costa Rica, le cambió la vida y la ayudó a descubrir su vocación: el emprendimiento social. Así nace Yanapaqi, un proyecto que inició como su trabajo de tesis final y que hoy es una marca de accesorios ancestrales.
Para levantarlo, tuvo que visitar varias veces Ecuador. Así conoció el Centro de Mujeres Indígenas Saraguro, formado por catorce artesanas, con quienes trabaja ya desde hace cinco años. “En estos viajes aprendí que en kichwa la palabra Yanapay significa ayudar, cooperar y proteger; y Yanapak es el que ayuda. De ahí surgió el nombre”, señala.
Mónica Villegas: “La joya cuencana es digna de exportación”
Leer másEXPRESIONES recorrió la Plaza Colón de la capital española junto a Suzanne donde, además de conversar y conectar con su historia de vida, posó con sus mejores outfits.
DEL QUERER ENCAJAR AL DESENFADO TOTAL
“Según vas sabiendo quién eres, eso se va manifestando en tu forma de vestir. Cuando era adolescente, quizás, estaba más centrada en ir guapa y llevar lo mismo que las demás, como forma de expresión de estatus casi, pero luego me he ido liberando de ese yugo de querer encajar”, expresa. Ahora, Suzanne no busca maximizar la belleza: para ella eso es lo que hace más bellas a las personas, curiosamente.
Añadir un toque de desenfado le parece la actitud correcta para llevar cualquier look. Actualmente, empoderada y fuerte son dos adjetivos que la califican. Y son esas características las que la permiten priorizar la comodidad en sus outfits antes que cualquier cosa.
“El color es importante para mí, me gusta pintar, así que a la hora de vestir también juego con el color block y me gusta usar colores complementarios. Me visto para mí. Creo que cuando uno se escucha y confía en sí mismo, sabe bien quién es y cuál es su estilo”, agrega.
MODA EN CUATRO CLAVES
- “Me quedo con las posibilidades infinitas de combinar la moda latinoamericana y europea, sin jerarquías”.
- “La ropa me dura mucho tiempo y la utilizo todo lo que puedo, no soy de descartar por temporada. Algunos de mis mejores tesoros son pantalones con corte de pescador tailandés, diferentes prendas hechas en telas africanas (wax) y abalorios variados, especialmente de plata”.
- ”Yo paso de estar con ropa cómoda de casa a diva en dos segundos”.
- ”De la moda española, me quedo con el estilo más ‘lolailo’: los lunares, los volantes y la silueta de vestido de sirena. De la moda ecuatoriana, me quedo con la riqueza de los materiales naturales, la tagua, la paja toquilla, las shigras, la fibra de banano y con la frescura que estos me inspiran”.