Tamara Falcó prepara su lujosa boda
El matrimonio con Íñigo Onieva se celebrará el 8 de julio. La pareja tiene la lista de costosos regalos que quiere para su nuevo hogar
Tamara Falcó e Íñigo Onieva están en plenos preparativos de su boda. La hija de Isabel Preysler tiene una lista de regalos para que cada invitado elija lo que le quieran dar. La tienda donde los podrán adquirir se llama A-Típica que cuenta con artículos de lo más exclusivos. Muchos de ellos destinados al hogar.
Accesorios de cocina, mobiliario, espejos, lámparas, textiles, objetos decorativos como velas, jarrones o todo lo necesario para decorar una mesa… Las opciones que hay son infinitas. Y si algo llama la atención es el precio. Mantas de $ 847, vajillas de $ 3.178, candelabros de $ 635, espejos de $ 529, servilletas de $ 42… Hay opciones tanto de estilo clásico como con toques más modernos que van acorde al estilo que Tamara Falcó tiene en las estancias de su casa.
Todo apunta a que esto será para el nuevo hogar de la pareja. Ella se compró un lujoso ático hace unos meses, pero todavía no se ha podido mudar a esta vivienda. Pero en cuanto esté acabada, la marquesa de Griñón e Íñigo Onieva empezarán allí una nueva vida juntos.
Serán unas cuatrocientas personas las que estarán en ese gran día. Cada uno podrá invitar a doscientos familiares y amigos entre los que también habrá rostros conocidos, además de sus parientes, los compañeros de 'El Hormiguero' de Tamara Falcó o algunas influencers que forman parte de su círculo de confianza.
Dará el sí quiero en la capilla del Rincón, el palacio del siglo XIX que su padre, el fallecido Carlos Falcó, le dejó en herencia. Situado en la localidad madrileña de Aldea del Fresno, este lugar atesora un incalculable valor sentimental para Tamara. Allí pasó gran parte de su infancia. El enlace será el 8 de julio.
El vestido que lucirá el día de su boda está causando una gran expectación. Aconsejada por su gran amigo Juan Avellaneda, la ganadora de 'Masterchef Celebrity' ha depositado su confianza en la firma española Sophie et Voilà. La empresaria viajó a Bilbao, donde la marca tiene su atelier, para las primeras pruebas y ha afirmado que está “encantada” con el diseño al que ha definido como “diferente” y que ha logrado la aprobación de su madre, Isabel Preysler.
