'Un tango, tres momentos': un atrapante viaje en el Sánchez Aguilar
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Cuatro músicos, una dupla de cantantes y cinco parejas de bailarines se unen para traer una presentación en vivo que deja las emociones a flor de piel en más de un espectador. Desde Medellín, Colombia, la compañía A Puro Tango trae Un tango, tres momentos, obra que se ha presentado también en Alemania y que promete sumergir al público en un viaje en el tiempo que baila al ritmo del tango. Esta propuesta se presentará el viernes 15 y sábado 16 de noviembre a las 20:00 en el Teatro Sánchez Aguilar, en la ciudad de Guayaquil.
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Leer másViviana Jaramillo es la productora general. Ella explica que la clave para un buen montaje en una obra como esta es el apoyo entre la dirección musical, que brinda riqueza sonora, y el aporte coreográfico, que nutre la escena visual.
“Es un trabajo en conjunto que viene abordado desde una investigación, sin que sea un tema histórico, sino para el disfrute, que deje un mensaje”. Esto con el objetivo de que cuando el público vea la obra, pueda entender que hubo cambios, rupturas y evoluciones.
Sin duda alguna, el tango destaca por el baile. Sarah Gómez y Andrés González, la pareja de bailarines que abre el telón europeo dentro de la obra, cuentan la complejidad de hacer una interpretación en vivo.
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Leer másPara ellos, articular el trabajo con los músicos, los cantantes, mezclar la actuación con los bailarines, además de entender las épocas del tango y darle el carácter que amerita cada época, “fue todo un reto, pero es un proceso que hay que disfrutar”, explica González. La pareja de baile, que lleva formando dupla desde hace seis años, cuenta que “el trabajo en pareja aporta muchísimo al trabajo grupal, que es lo que realmente hace que sea un buen equipo sobre el escenario”.
Esto se complementa, por supuesto, con los cantantes. Carmen Úsuga es una de ellos y explica la sinergia que se crea sobre las tablas. “A través de las canciones, estoy en esa narrativa escénica que tienen los bailarines. Con ellas hacemos un recorrido por las épocas del tango”, explica la cantante.
La sinopsis
Un tango, tres momentos narra la historia de Francisca, una mujer cuya vida está ligada al tango desde que era tan solo una niña. La protagonista de esta historia realizará, junto a los espectadores, un viaje fascinante por las tres épocas más representativas del género musical.
Este espectáculo internacional muestra los acontecimientos más sobresalientes de la evolución del tango en el tiempo. Entre ellos, sus orígenes, posicionamiento, resurgimiento, su identidad e historia.
Las mujeres, protagonistas de esta historia
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Leer másSarah, que baila desde hace 10 años, tiene un solo en Un tango, tres momentos. Ella confiesa que es todo un reto porque suele bailar con Andrés. “Me ha costado, pero es algo lindo que agradezco porque significa un gran paso para mi crecimiento”, asegura la joven.
Según la directora, la obra le da un protagonismo a las mujeres, pero también a los hombres, en igualdad de condiciones. Aunque históricamente el tango empezó siendo bailado por hombres, y los primeros cantantes que conocimos fueron hombres, “hoy las mujeres tienen un protagónico increíble, no hay nada mejor que escuchar a una mujer como Carmen cantando tango”.
Bandoneón, nacido para el tango
Pero antes de bailarse, el tango se escucha. Mucho antes de ser un género de la danza o del canto, es un género musical. Desde que nació a la orilla del río de la Plata, en Buenos Aires, la flauta y la guitarra eran la base de su sonido.
Una vez que el tango se empezó a mezclar con las estructuras europeas y evolucionó musicalmente, se incorporaron nuevos instrumentos. El último de ellos fue el bandoneón, a principios del siglo XX, entre 1900 y 1910. Marco Blandon, director musical de la obra, cree que el instrumento llegó para adueñarse del color y la sonoridad del género.
“Es el instrumento que te evoca y te lleva al tango así no esté sonando el tango. Cuando suena un bandoneón te remite directamente al género. Si uno lo dice de una manera muy poética, parece que el tango y el bandoneón hubieran nacido el uno para el otro, nacidos para encontrarse”, dice.
Para el también bandoneonista, este instrumento es fundamental, ya que agrupa a los demás y los mezcla en una armonía perfecta que genera sensaciones en el espectador, lo que lo convierte en el titiritero o, como le llama Marco, en el cadenero que maneja el comportamiento de los otros instrumentos.
“En el tango, llamamos cadenero al músico que se ‘echa al hombro’ al resto de instrumentos para que todo salga parejo y vayan de la mano”. En Un tango, tres momentos, ese es el rol del director musical, el único bandoneonista del cuarteto de músicos.
Aunque los otros tres instrumentos (contrabajo, piano y violín) tienen su protagonismo, el bandoneón “lleva de la mano todas las intenciones, pausas, energía, el éxtasis y la calma, porque es inevitable que los demás instrumentos sigan las propuestas del bandoneón. Sin embargo, no solo agrupa instrumentos, sino también emociones.
“En el tema interpretativo, puedo expresar desde la rabia, el dolor, desde el amor o la tristeza, la angustia, la soledad, el recuerdo; es increíble lo que se puede lograr”, concluye Blandon.
El tango también es colombiano
“¿El tango es argentino? Sí. ¿Hoy es patrimonio cultural de la humanidad? También. Hay tango en los lugares más insospechados de la tierra”, dice la productora. El camino de aceptación mundial para asociar al tango con Colombia fue arduo, porque empezó en Argentina.
El género se considera patrimonio cultural propio en Colombia por un acuerdo municipal y el aumento de músicos preparándose en la región. “Es gratificante que ahora sean los argentinos los que quieran venir a Medellín a vivir este proceso”, cuenta Jaramillo.
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