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La leyenda
La leyendaCortesía

La leyenda de la casa 1028 ahora sobre las tablas

El Colectivo Artístico Lunalakran presenta este fin de semana la historia clásica, en el Teatro Variedades de Quito

Junto a una pequeña plazoleta, en el corazón del Centro Histórico de la capital, se levanta imponente el edificio Guerrero Mora. Este tiene dos numeraciones. El ingreso que da hacia la calle Guayaquil dice ‘Oe3-32’, mientras el que mira hacia la calle Chile tiene otro impreso sobre una placa de lata y escrito en letras azules: 1028.

Y aunque de la casa colonial que alguna vez estuvo ahí ya no queda rastro, la numeración alterna ofrece un guiño a los curiosos y a los conocedores pues ahí, en los cimientos del edificio, aún quedan los remanentes de la trágica historia de la Bella Aurora.

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Conocida como la Leyenda de la Casa 1028, este es uno de los tradicionales relatos de la urbe, que este fin de semana llega a las tablas de la mano del Colectivo Artístico Lunalkran.

Carlos Marcillo, director de la agrupación, explica que su interés por la historia surgió hace más de una década.

“Hay leyendas que perduran en el tiempo. La del Gallo de la Catedral o la de Cantuña, por ejemplo, pero sentía que esta, particularmente, estaba quedando en el olvido. Cuando yo era niño, se enseñaba hasta en la escuela, pero hoy eso ya casi no pasa. Así surgió la idea, con mis compañeros, de llevarla al teatro y contribuir con su difusión. Nuestra idea siempre fue recuperarla”, comenta.

Una tragedia colonial

La leyenda arranca con una joven excepcional, Bella Aurora, considerada la chica más guapa de la ciudad. Residía junto a sus padres en la casa 1028 del centro. No obstante, pese a la alegría que generaba a quienes la conocían y su gentil carácter, pasaba las noches en vilo, temerosa de dormir, pues continuamente soñaba con su muerte.

Un día festivo, acudió con sus padres a la Plaza Mayor, ubicada a la vuelta de su casa, para ver una corrida de toros. En esa época, no existía todavía la Columna de los Próceres y el sitio acogía a las corridas tradicionales de la ciudad durante las fiestas religiosas.

Sin embargo, el espectáculo dio un giro macabro cuando un toro negro, cautivado por la joven, empezó a mirarla fijamente y acercarse a ella. Ella lo reconoció de sus pesadillas y, de la impresión, se desmayó. Sus padres corrieron a socorrerla y la sacaron de la plaza a rastras.

Pero no fue suficiente. El toro, al notar su ausencia, saltó la barrera protectora y fue corriendo en su búsqueda hasta la casa 1028.

Pese a los intentos de sus padres por detenerlo, el toro rompió la puerta de la vivienda, subió hasta la habitación de la joven y la mató. Luego sonrió y se esfumó, como si fuera un espectro.

“Es una historia oscura, de esas que generan pesadillas”, señala Marcillo. “La cuestión es que tiene de todo. Tiene amor, terror, pasión, tragedia. No tiene una moraleja y nadie sabe si el toro es una metáfora. La historia se transformó en leyenda, pero partió de algún suceso real. Nos pareció que, con todos esos elementos, el lenguaje teatral era ideal para ponerla en escena”, explica.

La Casa 1028
La Casa 1028María Cristina Moreno// Cortesía

Una adaptación moderna

Pese a que se trata de una leyenda emblemática y muy antigua, Marcillo y sus compañeros consideraron vital que la historia no fuera narrada a través de técnicas tradicionales.

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Una vez listo el guion, estos se plantearon cómo introducir técnicas contemporáneas a la narración y terminaron desarrollando una serie de nuevos lenguajes artísticos escénicos e interpretativos para darle un giro inesperado a la obra.

Danza, música y artes circenses son algunas de las disciplinas que llevan a cabo en la puesta en escena los artistas Dany Jumbo, Carlos Gonzaga y Fernando Rodríguez.

“Hoy en día nada es lineal”, señala Marcillo. “Las historias deben tener profundidad, los personajes no pueden ser planos, y eso era lo que queríamos transmitir. Nos pareció que había riqueza en que la obra fuera interdisciplinaria. Es otra manera de llegar al público”, indica.

Las técnicas audiovisuales también son parte de la propuesta pues, a través de música y vídeos, los artistas buscan situar a la audiencia en la época en la que ocurre la leyenda.

Explica, además, que fue una evolución. “Las primeras veces que la trabajamos, no tenía tantos elementos. Pero luego vimos lo necesario que era el lenguaje audiovisual para la obra y para conectar con el público”.

Este añade que, pese al trágico final de la leyenda, el humor es otro elemento inesperado de la propuesta del colectivo. “Parece raro, pero nos interesa que haya momentos cómicos y que la gente también pueda reír”, dice.

La Casa 1028
La Casa 1028María Cristina Moreno

Once años de trayectoria

El Colectivo Artístico Lunalakran nació en 2013, durante un festival de teatro de la parroquia de La Merced. Ahí, Marcillo, licenciado en Artes Escénicas de la Universidad Central del Ecuador, se unió a otros artistas, para presentar la obra costumbrista Buscando el tostado.

Entre el repertorio del colectivo se encuentran adaptaciones de clásicos teatrales como Fausto, con títeres, y piezas que recogen la historia colonial de la capital. “A través del tiempo, hemos desarrollado y formalizado nuestra experiencia laboral en las artes”, indica Marcillo.

Para saber

La Casa 1028 tiene dos funciones este fin de semana. La primera se llevará a cabo el sábado 27 a las 17:00, mientras que el domingo 28, la obra se presentará a las 12:00. Ambas serán en el Teatro Variedades Ernesto Albán. 

El costo de ingreso es de $ 7.