El Teatro Sucre celebra sus 138 años con una agenda de conciertos y obras

El 25 de noviembre de 1886, el Teatro Nacional Sucre abrió sus puertas por primera vez. Ubicado en la emblemática plaza del teatro, el espacio cultural cambió la dinámica del Quito de antaño, ofreciendo una nutrida agenda de espectáculos teatrales, recitales y óperas.

Y aunque el paso de los años, marcados por altos y bajos, no cesó, el teatro se mantuvo en pie, recibiendo cada año a cientos de espectadores.

Ese pasado y la riqueza de su historia es la que empezó a celebrarse a fines de septiembre con el festival Ecuador Jazz y que se consolida en octubre y noviembre con una agenda marcada por la diversidad.

Así lo explica Gabriela Ponce, directora artística de la Fundación Teatro Nacional Sucre (FTNS). “Decidimos que este último trimestre del año, hasta diciembre, estará dictado por esta celebración a través de una propuesta que hemos denominado escenarios interculturales. Este concepto, el de lo intercultural, está marcado en gran medida por este encuentro con lo hispano o lo hispanoamericano, esta confluencia de dos culturas que ha marcado nuestro pasado como país”, señala.

En ese sentido, la apuesta arranca este sábado 5 de octubre con un homenaje al compositor Francisco Paredes Herrera, destacado músico que contribuyó al desarrollo del pasillo ecuatoriano, género catalogado como patrimonio inmaterial de Ecuador. El recital, titulado ‘Nuestra Música: Francisco Paredes Herrera, el príncipe del pasillo, se enmarca en el festejo del Día del Pasillo Ecuatoriano, que se celebró el martes 1 de octubre. A eso se suman dos fechas adicionales dedicadas al género que se harán en el Teatro México y en el Teatro Variedades Ernesto Albán.

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Para Ponce era vital que ambas expresiones, las foráneas y las propias, tuvieran una cabida equitativa dentro de la agenda. “Me parece vital que, justo en este mes, pensemos en la interculturalidad y lo que implica el diálogo y el intercambio entre culturas. Si bien siempre se ha planteado este mes como el de la celebración de ese encuentro entre culturas, es necesario revalorizar y hablar sobre el mestizaje y la diversidad”, indica.

La Orquesta de Instrumentos Andinos, elenco de la FTNS, junto a los cantantes Israel Brito y Alexandra Cabanilla serán los encargados de llevar a escena un repertorio que rinde tributo a este emblemático género que ha cautivado a generaciones enteras de letristas, compositores e intérpretes, y en cuya programación cuentan temas como Manabí, Para tus ojos negros, Rosario de besos y Sobre las olas.

Desde España para el mundo

Los siguientes eventos planificados dentro de la celebración del teatro son la puesta en escena de dos impresionantes obras teatrales: Búho y El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca, dos aclamadas piezas teatrales que abordan la memoria y la reparación.

“Se trata de dos piezas muy poderosas que invitan a la reflexión”, comenta Ponce.

Y sin duda lo es. La primera puesta en escena, El búho, se lleva a cabo por el colectivo Titzina Teatro, dirigido e interpretada por los actores Diego Lorca y Pako Merino. Esta narra la historia de Pablo, un antropólogo forense especializado en yacimientos paleolíticos, que sufre un ictus que le provoca una amnesia severa. 

La idea tras el guion surgió tras ver un documental sobre el director de orquesta Clive Wearing, afectado por una amnesia severa que borra su memoria a corto plazo cada siete segundos. Esa imagen de la falta de recuerdos surgió en ellos con una forma física análoga a la oscuridad que reina en las cuevas y los espacios subterráneos. La combinación de estos dos elementos, memoria y oscuridad, los embarcó en un proceso investigativo que duró dos años y que culminó en esta obra. Para ello entrevistaron a pacientes con esta afectación, a médicos, a terapeutas y a otros profesionales involucrados en la recuperación de este tipo de trauma.

“Todos tenemos un mundo interior, una memoria que nos hace únicos. Cuando lo perdemos todo se rompe porque los cajones de la mente se desorganizan y aparecen la demencia, la amnesia. Es una realidad por la que muchos pasaremos”, comenta Lorca.

La obra ofrece un montaje sugerente, poético, misterioso y seductor que, durante una hora y 20 minutos lleva a los espectadores en una búsqueda interior por la memoria del protagonista para intentar recuperar sus recuerdos y su identidad. Para ello, Lorca y Merino mezclan el teatro físico, el gestual y de la palabra para transformar el dolor en una emotiva y sorprendente propuesta teatral.

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La pieza se presentará el domingo 6 de octubre a las 18:00 y tiene un costo de ingreso de $ 10.

Repensar la muerte

Pero las obras a presentarse no llegan solo desde el viejo continente. A las propuestas también se suma una propuesta nacional: Mamá Sara. Se trata de una pieza inmersiva que explora el concepto de la vida y la muerte desde la cosmovisión andina y en la que participan el Coro Juvenil e Infantil de la Fundación Teatro Nacional Sucre y la Orquesta de Instrumentos Andinos.

Esta narra la historia de Sami, una niña que acaba de despedir a su abuela. Ella sabe que no volverá a verla y eso le aqueja. Sin embargo, con la ayuda de un travieso curiquingue y las enseñanzas de sus abuelas (mama Cocha, mama Huaira, mama Nina y Pachamama), Sami emprende un mágico viaje en sueños donde descubre que su abuela, mama Sara, siempre estará con ella.

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