Timo: “Somos los menos rockstars en nuestra vida cotidiana”
El grupo colombiano tuvo su primer show fuera de su país en Ecuador. Su éxito comienza a sentirse fuera de sus fronteras.
Andrés Vásquez, Alejandro Ochoa y Felipe Galat son los jóvenes integrantes de Timo, una agrupación bogotana que ha causado furor en su país y que ahora comienza su conquista de los mercados internacionales. Ecuador fue la primera parada lejos de su tierra, es por eso que los dos shows que ofrecieron en Quito y Guayaquil son los más especiales de su carrera... hasta ahora.
La respuesta fue buena. Quedó demostrado con la pasión de su público que se sabía cada uno de los temas. Aunque aún no tienen un álbum completo fuera, sus canciones cada vez gozan de más popularidad. Y fue aquí, en la Perla del Pacífico, donde celebraron su primer millón de reproducciones mensuales en Spotify.
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Ustedes se conocieron en la carrera de Música y en 2019 salió su primera canción. ¿Cuándo terminan la carrera?
Ale: Todos hemos decidido aplazar el semestre indefinidamente. Todos nos quedamos en quinto semestre. Todo fue por una decisión que le favoreciera al grupo.
F: Tenemos que ponerle todo nuestro tiempo y todas nuestras ganas. El título puede esperar porque ahorita estamos también haciendo música.
¿Se necesita un título para ser músico?
Todos: Para nada.
Ale: Claro que es muy útil y aprendemos mucho en clases pero en lo que estamos haciendo ahora puede aplazarse.
Su canción Bebamos se volvió viral en WhatsApp en 2019 y al estudiar Música, ¿se sintió como que habían logrado el objetivo de dar a conocer sus canciones?
A: Hay profesores de profesores. Y como en cualquier disciplina artística hay estas dos aristas que se enfrentan, lo comercial frente a lo académico y artístico. Yo por ejemplo soy bajista desde hace ya 10 años y llevo muchos años estudiando jazz. Mis amigos me decían: ‘qué está haciendo usted en esa música’, como si no estuviera bien hacerlo. Un profesor de teclado jazz me dijo en un examen final que ‘no iba a llegar a ningún lado con una banda de pop’. En el ambiente que me estaba desenvolviendo estaba este tabú de hacer música comercial frente a la erudita, por decirlo de algún modo.
F: Igual dejamos claro que el jazz es la madre de la música contemporánea y nos gusta escucharlo pero no nos vemos haciendo eso. Es un género que veneramos.
Timo se creó como banda en 2019 y no pudieron disfrutar del despegue de su carrera inmediatamente por la pandemia que llegó casi a la par. ¿Cómo fue vivir esta etapa en el encierro?
Ale: Nuestro plan principal como amigos siempre fue hacer música como productores, no canciones para nosotros. Hicimos un demo y se lo pasamos a otros amigos para probar pero se viralizó. La gente se aprendía la canción pero no sabía quién cantaba. Solo que eran unos chicos de la universidad Javeriana. Nos demoramos como seis meses en decidir quién iba a ser el grupo, el nombre y todo. No queríamos ser nosotros la banda.
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Leer másEstán rescatando el tropipop, un género bogotano muy popular al principio del 2000.
A: No hacemos tropipop puro y duro, solo fue en nuestras primeras canciones. No queremos ese título acá en la frente. Ahora buscamos experimentar mucho más.
Ale: Fue la gente que nos catalogó como ‘la promesa del tropipop’. Incluso el gremio nos abrazó muy bien pero creo que los hemos decepcionado un poquito, porque hemos cambiado de rumbo (risas). Es nuestra necesidad como banda de crecer.
En redes sociales es común la comparación con Morat. ¿Suenan igual que ellos?
F: A nuestros oídos podemos decir que sonamos muy diferente. A veces sacamos una canción y nos comentan ‘está igualito a Morat’, pero en nuestras cabezas vemos que va por otro lado. Pero nosotros creemos que más allá del sonido tenemos similitudes como que somos de la misma ciudad, todos somos hombres, tocamos instrumentos y nos gusta cantar los coros al unísono.
A: Pero hablando claro, ¿qué tan grande es el mercado de bandas juveniles en el pop? Es pequeño. Si piensas en CNCO o Piso21 ya estás en otro género. Dentro de nuestro mercado está Morat, que son los más grandes de Latinoamérica y España. Es la única referencia que tiene el público.
Ahora que están experimentando tanto. ¿Se van por un lado más rockero?
A: Este año nos pusimos una política muy distinta y solo estamos haciendo música que nos haga sentir de verdad. Si nos gusta una canción a todos, sea de cualquier género lo hacemos. La siguiente canción es un corrido que se llama Modo melancólico. Nos queremos salir de cualquier molde.
¿El álbum cuándo sale?
A: Tenemos como 45 canciones hechas y entre esas unas 15 sólidas que nos gustaría sacar. Sería para el siguiente año.
¿Está dormido su lado de productores?
F: Está totalmente activo pero solo para nosotros. Estamos enfocados.
Bebamos y Juernes son de sus canciones más populares. ¿Farrean mucho?
Ale: Cero. Somos los menos rockstars en nuestras vidas. Vivimos juntos y lo que nos emociona es ir a comprar muebles y tener plantitas (risas).
F: Nuestros verdaderos ‘juernes’ fueron cuando sacamos la canción y tuvimos giras por bares. La única vez lo vivimos.
A: Yo nunca salgo, por ejemplo. Y la gente siempre nos dice: ‘Uy, parce, cantan Bebamos y no quieren tomar’, y no es eso. No estamos en esa etapa de disfrutar la fiesta y así. Quizá nunca lo estemos, no es mucho lo nuestro.
¿Para cuándo les darán el regalo a sus papás de llevarles el título?
Ale: No, pues, nuestros papás ya saben que no. Por el momento no es posible. Lo que importa es que ahora ya estamos viviendo el sueño.
Sobre el escenario sí rockean
El show se llevó a cabo en el teatro Fedenador de Guayaquil el pasado sábado 11 de junio, mientras que en la capital fue dos días antes.
En este ambiente demostraron que son buenos músicos y dominan el escenario. A la par, también había dejos de que mostraban el nerviosismo de sus primeros shows. Todas sus canciones fueron coreadas por los presentes, en su mayoría adolescentes. Su club de fans organizó varias actividades durante el show, como llevar pancartas en conjunto con frases alusivas a las canciones. Además les regalaron una bandera de Ecuador. Andrés sorprendió con una coreografía. Además aprovecharon para estrenar en vivo Modo melancólico. Saltaron, bajaron a cantar con el público tuvieron un par de solos para mostrar lo bien que se llevan con sus instrumentos. La actitud fue todo.
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