
Una tradición ancestral da un giro hacia lo digital. ¿De qué se trata?
La muestra, titulada 'Charapotó: Antes de la conquista, se llamaba Japotó' abrió sus puertas en la capital
Japotó, hoy conocido como Charapotó, el pueblo más antiguo de Manabí, fue un lugar de profunda significación cultural y espiritual para la civilización Manteño-Huancavilca durante el periodo de la integración (700 a.C.- 1530 d.C). Sus habitantes eran maestros ceramistas que moldearon el barro para crear impresionante objetos donde plasmaron su cosmovisión y conexión con la naturaleza.
En 2002, una búsqueda arqueológica reveló vestigios del periodo y dio origen al Museo Arqueológico Comunitario de Japotó, espacio dedicado a preservar y difundir la memoria y cultura manabita.
Si embargo, como muchos museos en el mundo, los hallazgos de Charapotó permanecieron lejanos al público general hasta que una propuesta optó por inmiscuirlos en el ámbito tecnológico.
De lo ancestral a lo contemporáneo
La iniciativa surgió de la mano del artista y diseñador Ernesto Salazar, quien propuso expandir los límites de los hallazgos de 2002, digitalizando las piezas arqueológicas que forman parte de la muestra permanente del museo para crear un puente entre el pasado y el presente, estableciendo un diálogo que conecta la historia con lo contemporáneo.
"A través del escaneo de las piezas no solo cambia nuestra manera de interactuar con el patrimonio arqueológico, sino que también se redefine el concepto de conservación y la esencia misma de un museo. Este enfoque rompe la noción tradicional de una preservación estática, permitiéndonos experimentar la riqueza de la colección permanente sin trasladar físicamente las piezas, lo que preserva su integridad mientras nos ofrece una visión contemporánea y enriquecedora del legado ancestral", aseguró Salazar.

Las piezas escaneadas son parte de la exposición 'Charapotó: Antes de la conquista, se llamaba Japotó', que abrió sus puertas en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), en Quito.
A la par de la proyección, la muestra también cuenta con una instalación que entrelaza el paisaje sagrado y los torteros, antiguas piezas cerámicas utilizadas para hilar algodón, y que también tenían fines ceremoniales o sagrados.
"En esta obra, el paisaje sagrado del pueblo Manteño-Huancavilca convierte a los torteros en testigos simbólicos de una civilización rica, compleja y sofisticada. Mediante los paisajes, los ceramistas revitalizan las iconografías y los torteros ancestrales, para invitarnos a reflexionar sobre nuestra relación con la historia y las raíces culturales" señala Rubén Darío Díaz Chávez, curador de la muestra.
'Charapotó: Antes de la conquista, se llamaba Japotó' estará abierta al público hasta el 15 de mayo.
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