Los universos imaginarios de Marcela Ribadeneira
Los collages de la escritora y artista quiteña se han convertido en los favoritos para ilustrar portadas literarias.
Una mujer con gigantescas alas negras sobrevuela los páramos, pasando frente a una enorme luna llena. Debajo de ella, un título breve resalta 'Las voladoras'.
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Leer másSe trata de la portada del libro de relatos de la escritora guayaquileña Mónica Ojeda, obra publicada en 2020 por el sello español Páginas de Espuma. Para ilustrar la cubierta, la autora, que reside en Madrid, llamó a Marcela Ribadeneira, escritora y artista visual capitalina que había empezado a incursionar años antes en la técnica del collage digital.
“Fue una sorpresa muy grata. Mónica escribe gótico andino y tenía ideas muy claras de lo que quería. Hice tres propuestas. Cuando aceptaron una, me emocioné muchísimo. No tenía idea de que esa portada iba a generar el interés que vino luego”, comenta.
A estos universos imaginarios, Ribadeneira llegó por casualidad. “Hubo un periodo en el que tuve que pasar en cama por salud. Hasta ese momento no había trabajado con software de diseño, pero creo que hasta de puro aburrimiento empecé a trabajar con Photobucket, como un ejercicio de montaje para entretenerme”.
Se trató de un proceso de experimentación que le ayudó a plasmar sus preocupaciones y a crear escenas íntimas, que primero guardaba para sí misma y luego empezó a publicar en sus redes sociales y en su blog.
La respuesta de la audiencia la tomó por sorpresa, pues de a poco empezó a recibir solicitudes para adquirir sus piezas.
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Leer másHablar del cuerpo
Y si bien la creadora aborda una amplia gama de temas en sus collages, uno de los principales es la relación con el cuerpo y la situación de la mujer.
“Mi intención no fue hacer imágenes políticas, pero siento que el contexto social y político que vivimos se fue colando. Eran inquietudes que tenía”, reflexiona.
Algunas de sus piezas más conocidas reinterpretan imágenes publicitarias y afiches dirigidos a mujeres entre los años cuarenta y cincuenta.
“Los países latinoamericanos adoptamos la idea del sueño americano, a pesar de que era imposible que lo cumpliéramos. Estas imágenes eran la encarnación de una sociedad patriarcal, de mujeres serviles sin un ápice de individualidad, que eran publicadas bajo la mirada masculina. Mi intención era liberarlas de este entorno doméstico”, indica a modo de explicación.
A estas imágenes se sumaron escenarios surreales que ofrecen historias que pueden interpretarse en un solo fotograma. Una de las más conocidas es Apocalipsis Miau, en la que varios gatos son abducidos por alienígenas.
“Son obras totalmente opuestas, cuya idea es entretenerme y que me sirvan como un refugio. Ahí vuelco todo mi humor”.
De la web a la literatura
Tras el lanzamiento de 'Las voladoras', Marcela recibió nuevos encargos para portadas literarias, entre ellas de libros de Liliana Colanzi, María José Navia, Eduardo Varas Carvajal y María Fernanda Ampuero.
“Tenía mucha libertad para crear. Además, me resultaba maravilloso que, finalmente, se pensara en una ilustración para cada libro, y que no solo se usaran imágenes de archivo”. Y agrega: “Es algo que se hace en álbumes musicales desde hace décadas, pero no en los libros”.
Sus proyectos más recientes son las portadas de los libros 'La obligación de ser genial' de Betina González y 'El corazón del daño' de la afamada escritora María Negroni.
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Leer másUna muestra en camino
Ribadeneira asegura que no es muy afín a mostrar sus obras en exhibiciones a gran escala, pero sus collages se han exhibido en plataformas digitales como Arte Contemporáneo Ecuador y en la extinta galería Mediaagua, en el marco de la exposición 'A las escondidas'.
No obstante, al momento prepara su primera exposición individual. “Me da muchos nervios, pero siento que ya es hora. Al momento, lo único que tengo claro es que va a ser una muestra pequeña y estará fuera de todos los círculos establecidos”.
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Leer másSeñala que de este proceso, lo más complejo es definir qué expondrá. “Siento que, al tener temáticas tan distintas, debe haber un diálogo. Aún no sé cómo lo haré, pero es una selección que pienso realizar con calma”, dice.
El relato, una pasión inquebrantable
La literatura es una pasión recurrente en la vida de la artista. Ha publicado los libros de relatos Matrioskas, Borrador final, Golems y el cuento ilustrado Héctor.
Sus relatos han aparecido en numerosas antologías nacionales, como GPS, antología de cuentistas ecuatorianos y Señorita Satán.
Sin embargo, afirma que el proceso de escritura es radicalmente distinto a la creación de sus collages, pues mientras el arte visual le ofrece un respiro de la realidad, la literatura es una ardua labor que constriñe y cuestiona.
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Leer más“La escritura es un ejercicio muy demandante. Siento que cuando escribo, mi parte racional e intelectual está bajo mucha presión y hasta un poco a la defensiva, en el sentido de que estoy muy consciente de lo que quiero hacer y de cómo quiero que salga. Es un proceso mucho más frustrante y tormentoso”.
Añade que, a la par de la literatura, se dedica a la labor de corrección editorial, por lo que el arte también le ofrece un momento de descanso de las letras. “Es una desconexión. Yo me pienso mucho la escritura. Edito, replanteo. Hacer collages es un ejercicio mucho más desvergonzado. No me preocupo de que salga perfecto, sino que es un proceso fluido”, sostiene.
Además de las portada que ha elaborado para piezas literarias, sus collages también han aparecido en revistas nacionales e internacionales, entre las que menciona Contemporary Collage Magazine.