Una velada dedicada al ballet clásico

En 1877, cientos de espectadores aguardaban en el Teatro Bolshoi de Moscú a que empezara la obra más esperada de la temporada, El lago de los cisnes, del compositor Pyotr Tchaikovsky. Fue un fracaso. Una pobre producción y la notable descoordinación entre coreografía y música generaron un espectáculo lamentable, que el público abucheó y la crítica cultural describió como una obra que “difícilmente” se convertiría en un ballet de repertorio.

Nadie pudo imaginar que, veinte años más tarde, el emblemático ballet de San Petersburgo lo llevaría a escena y lo convertiría en una de las obras más conocidas del repertorio universal.

Fundada en 1886, la compañía nacional de ballet de aquella urbe rusa se ha destacado a lo largo de dos siglos como una de las más prestigiosas en su estilo, integrando a sus filas únicamente a los bailarines más destacados del país eslavo. Este miércoles 23 de agosto, a las 20:00, en el Teatro San Gabriel, el público capitalino los podrá ver en acción con esta, la obra más recordada de su repertorio, que se pondrá en escena por una única noche. Las entradas costarán entre $ 80 y $ 40, según la localidad. 

Oxana Kordiaca, coordinadora general de la compañía Los Zares del Ballet, que coordina la función, señala que la agrupación se encuentra en una gira por América Latina, y que llegan al país tras montar el espectáculo en Argentina, Brasil, Uruguay, El Salvador, Guatemala y Panamá. Después de presentarse en la capital, irán a Colombia.

“Dentro de nuestra gira, llevamos esta obra universal que es apta no solo para los amantes del ballet, sino para todo público. Es un espectáculo familiar que cuenta una historia con la que el público se puede identificar”, señala.

Esta agrega que si bien esperan atraer a audiencias de todas las edades, esperan que entre el público se encuentren niños y adolescentes. “Nuestra misión es llevar al continente un espectáculo enfocado en la danza clásica que anime a los jóvenes a seguir los pasos de los grandes bailarines que ven en escena”, afirma.

UNA EMOTIVA HISTORIA

Dividido en cuatro actos, El lago de los cisnes narra la historia de la princesa Odette y sus damas de compañía, transformadas en cisnes por un malvado hechicero, y la del príncipe Sigfrido, un apuesto noble que se adentra en el bosque intentando despejarse de la idea de que esa misma noche deberá elegir una esposa. Sus caminos se cruzan en un bosque y ahí se enamoran.

La obra ha sido representada cientos de veces, y su trágico final se ha representado con numerosas modificaciones.

En 1994, Walt Disney Pictures lanzó la versión animada de la obra, que fue un éxito de taquilla. En 2011, una oscura adaptación de la historia tras bastidores del ballet, titulada Black Swan fue nominada al Óscar.

UN ARTE CON PASADO POLÍTICO

Cuando el ballet llegó a Rusia, el país pasaba por una guerra interna. El arte solo contribuyó a la polarización del Estado, entre quienes querían acercar la cultura al pueblo y quienes trataban de convertir la danza en un arte disponible solo para las altas esferas.

Tras el triunfo de la revolución bolchevique, los ballets rusos se vivieron su época de mayor expansionismo, usados para adoctrinar a las audiencias. Así continuó hasta la disolución de la Unión Soviética, que conllevó un cierre y un replanteamiento de las compañías de ballet más grandes de Rusia.