Vianna Maino: "Quien acceda a mi vida, encontrará un torbellino"
EXPRESIONES compartió una tarde con la ministra de Telecomunicaciones, en la que dejó claro que es perfeccionista y más veloz que un tren bala.
Abogada, especialista en finanzas y en asesoramiento legal en materia de participaciones público-privadas, su preparación académica la llevó a trabajar en el BID y en el Banco Mundial. EXPRESIONES quiso saber quién es Vianna Maino, la mujer que está detrás del Ministerio de Telecomunicaciones y por eso la invitamos a que responda El Cuestionario.
Estoy sorprendido con su hoja de vida, que va del derecho a las finanzas y de ahí a la asesoría en el sector público y el privado. ¿Cómo conjuga todo eso?
Es una combinación bastante interesante. Soy un poco curiosa en lo académico y a estas alturas no me queda más que reconocerlo. Siempre negué ser una nerd y sí lo soy (risas). Aplico mis conocimientos y ha sido grato ejecutar en la práctica proyectos importantes para el desarrollo del país.
¿Cuál es su método infalible para llegar a los demás en lo que se propone alcanzar?
Siempre ser auténtica. Si uno de verdad piensa y vive lo que dice, los demás entenderán, captarán y, sobre todo, se involucrarán. Me interesa que la gente que está conmigo se conecte y se sume al objetivo.
Y entre las herramientas, ¿prefiere la persuasión o la seducción?
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Leer másUna combinación. A las personas se llega de diferentes maneras. No se trata de cómo tú llegues a los demás, es cómo los demás necesitan que llegues a ellos.
¿Cómo la seducen a usted?
Siempre hay que ser agradable y llegar a la voluntad, no al intelecto, para después convencer del todo.
¿Qué cosas la conectan con el mundo?
Amo los desafíos, lo nuevo. No me gusta repetir las mismas cosas. Soy cero rutinas. Si todas las mañanas no me levanto a buscar un reto y algo que para los demás sea muy difícil e imposible, no soy yo.
¿Y su cable a tierra?
Mi familia, totalmente. Cuando los veo, sé que tengo que volver a la vida real.
Solo varones, ¿cierto?
Tengo tres hijos y totalmente diferentes: uno con el pelo muy oscuro, un pelirrojo y otro rubio. Graciosísimo. Son muy disciplinados y es una característica familiar.
Es curioso que siendo ministra de Telecomunicaciones, hasta hace poco le huyó a las redes sociales...
La verdad es que no he sido alguien con su vida personal expuesta. Siempre la he mantenido privada, hasta ahora (risas).
Y ahora, ¿cuál es su red social favorita?
Digamos que Twitter, aunque tampoco lo veo mucho, hay que trabajar.
Se me hace difícil de creer que una mujer guapa, con talento y don de liderazgo no tenga defectos...
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Leer másSí tengo, son las mismas virtudes (risas). Literalmente.
¿Me la imaginaba en la nueva versión de 10, la mujer perfecta?
Eso no existe, pero le digo que soy extremadamente perfeccionista, autoexigente y exigente con la gente que trabaja conmigo o está alrededor mío.
¿Puede llegar a ser una Hitler?
Tampoco así, pero con la gente que es muy valiosa y capaz, que es la que me rodea, puedo decirle que al final del día somos una mejor versión de nosotros mismos. Por ahí va la cosa.
conmigo misma".
Volviendo a la ‘guapura’, ¿es cierto que alguna vez usted fue una Miss?
Bueno, eso es historia. Es positivo tener experiencias variadas y eso te da una formación de vida diferente. En la época en que la comunidad europea se unía, tuve una experiencia de reinado de belleza en Italia, donde no me fue mal. ¿Y sabe por qué? Porque era académica y, a diferencia de las otras chicas, yo hablaba algunos idiomas y además estudiaba. Recuerdo que reporteros de medios como Rai 1 me preguntaban qué hacía en ese concurso y les respondía que quería trabajar en la ONU, mientras las demás chicas querían ser modelos. Llegué a una buena posición.
Usted hubiese sido una excelente Miss Ecuador. ¿Por qué declinó de participar?
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Leer másEfectivamente, eso vino después. En ese momento estaba muy comprometida con mis estudios y el trabajo, pues estoy en la actividad laboral desde los 18 años. Sabía que lo de Miss no era mi carrera y la experiencia que tuve en Italia ya fue suficiente. Los concursos de belleza hay que dejárselos a quienes tengan ese objetivo.
Una mujer con carácter, temple y belleza intimida. ¿Cómo fue que no logró hacerlo con Guido Chiriboga (su esposo)?
Pues imagínese usted, con semejante personalidad ni yo he podido (risas). Ahí vamos. Cada uno tiene la suya y hemos encontrado nuestros espacios de conexión.
¿Extraña algo de la era analógica?
Sí, tal vez algo de la reserva y confidencialidad, ahora estamos mucho más expuestos.
En otra época alguien mostraba su álbum de fotos a las visitas, ahora ya no hace falta. Literalmente todo el mundo ve lo que uno hace, si se ríe, llora, siente, con quién está, lo que come, a dónde viaja. ¿Qué piensa de eso?
Justamente leí hace poco una frase sobre la innovación y, nos guste o no, solo hay dos opciones: o te subes a ella o te quedas detrás y, al final, definirás quién llegará primero. Hay que subirse y evolucionar. Una persona se vuelve vieja cuando no acepta los cambios. Estos pueden ser mejores o peores, pero son cambios y te van a preceder. Con o sin ti, todo avanza. Entonces, hay que subirse y así seremos jóvenes hasta los 100 años. El que no trata de ser mejor y de crecer también es un dinosaurio.
Y si uno accede a su mundo, ¿qué encontrará?
Un torbellino, con mucha actividad y un desafío tras otro, mucho entusiasmo y carga. Se encontrará con un día que parecería que no acaba nunca, pero siempre pleno. No me imagino diferente en ninguna misión de mi vida.
¿Un torbellino o un huracán que arrasa con todo?
Yo subo y sumo todo y avanzamos. Nadie hace las cosas solo. Tu propio entusiasmo convence al resto con la velocidad y el ritmo necesarios.
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Leer másPara usted, que es un tren bala, ¿cuál será la próxima estación luego del ministerio?
Todavía no lo pienso, porque enfrento un desafío en el ministerio y en este momento lo que vivo es muy intenso y comprometido. Lo que sí puedo decirle es que lo que viene deberá tener un impacto hacia afuera, es lo que me motiva y me gusta. Si uno hace algo que logre algo bueno en los demás, estamos avanzando y eso haré toda mi vida, buscar algo nuevo con mucha adrenalina.
¿Esa adrenalina que la hace saltar de un puente o lanzarse de un paracaídas?
Mis riesgos son medidos y debo saber que están controlados. Mi vida tiene suficiente emoción para pensar en lanzarme en un paracaídas.
¿Le ha tocado nadar entre tiburones en la vida?
Sí y lo que nunca debes hacer es perder la vista de hacia donde vas. En un mar bravo habrá rocas, corrientes, interferencias, te llevará la marea en diferentes sentidos. Hay que capear, pero el éxito es saber hacia dónde vas y llegar a la orilla. Habrá desvíos, pero nunca pierdas el norte.
¿Y usted a dónde va a llegar?
Lo más lejos que pueda y con el mayor impacto posible. Quiero que los míos recuerden que el tiempo que no estuve con ellos hice cosas que les sirvieron.