Con alegría y dolor sigamos a Cristo en esta Semana Santa
Ya estamos muy cerca de vivir la Semana Santa o Semana Mayor y debemos apurarnos en preparar el corazón para llegar a la gran fiesta de la Salvación. El Señor, como médico de las almas quiere sanarnos. Dios siempre es rico en misericordia y siente compasión por nosotros aunque quiso venir a la tierra a pagar la deuda por nuestro pecado. Él desea que cambiemos y le pidamos perdón pero respeta nuestra libertad en desear o no la salvación al seguirlo con fidelidad. Dios Padre puede y quiere limpiarnos. Él no condena al pecador pero sí el pecado y se quedó en la cruz por amor. Toda falta es importante y nos impide ser felices. Ser un hombre nuevo libre de pecado es posible limpiando el alma, acudiendo al sacramento de la Reconciliación (confesión) y esforzándonos en hacer sonreír a Dios con nuestro comportamiento; todo pecado nos esclaviza y nos hace daño. Recemos por nuestros amigos, por nuestros enemigos, para que Dios los renueve. Creamos en el poder de la oración. Aspiremos en esta Semana Santa a presentarnos al Señor con corazón limpio para celebrar la Salvación y postrados pidámosle luz para conocerlo y fuerza para defenderlo. Llevemos a la práctica nuestra formación y vida cristiana. Acompañemos a Jesús desde el Domingo de Ramos asistiendo a los actos litúrgicos en nuestra iglesia, hasta su muerte y gloriosa resurrección’’.
Martha Reclat de Ortiz