La caridad empieza en casa
La Navidad es una época llamada al amor, paz, fraternidad, solidaridad, generosidad, y altruismo. Y se debe empezar casa adentro, por la familia. El principio moral está en los padres: adoctrinar a sus hijos entre el bien y el mal, formándolos con una conciencia justa; visitar a sus abuelos aislados por el tiempo, por lo menos una vez al año; ser generosos con sus parientes:primos, tíos, sobrinos, etc.; inculcarles la voluntad, respeto y cortesía en esta época navideña.
El ser cortés no es ser el centro del mundo, es una persona que piensa en su prójimo y sus sentimientos. La vida es un búmeran, te devuelve todo lo que has hecho y cosechado; para bien o mal.
La caridad es un valor esencial en el ser humano, para sentirnos felices con la vida. El alma generosa será prosperada (Prov. 11:25) y el que saciare también será saciado. El hombre de bien tiene misericordia, gobierna sus asuntos con equidad; hay quienes retienen más de lo que es justo, provienen a pobreza. El que siembra generosidad, cosechará generosidad.
El mejor regalo navideño es la satisfacción de compartir un poco el agua de tu fuente.
Javier Valarezo