Carta pública a la Sra. Inés Manzano, ministra de Energía (e)

Ahora que vivimos una crisis monumental es hora de que la ciudadanía pueda aportar con su energía para paliarla en algo. Se sabe que la energía cinética se puede transformar en eléctrica, como lo hacen los generadores que se están vendiendo. 

Estos utilizan motores. Pero la energía humana también puede hacerlo y es algo que se desperdicia, porque tanta gente (pobre en su mayoría) no tiene trabajo y sufre escasez, por lo que recibiría con beneplácito esta oportunidad para ayudar al país, a sí mismo y a su familia con un poco de dinero. 

Para el efecto, es imperativo pedir a los organismos especializados en energía que diseñen un modelo transductor que permita a las personas caminar, trotar, correr en bandas elásticas, bicicletas estáticas, ruedas (para utilizar los brazos) y transformar esa energía gastada en electricidad. 

Todos podrían utilizarlo: hombres, mujeres, ancianos, niños, adolescentes, obesos, minusválidos, ciegos; mañana, tarde y noche. Se instalarían en todas las ciudades, pueblos, recintos con el tamaño adecuado para su densidad poblacional. Aunque la electricidad que puede generar una persona es mínima, si miles, millones de personas lo hacen, sí es significativa, porque la demanda sería abrumadora, y mejoraría la autoestima de la ciudadanía tan alicaída. 

Tal vez en uno de estos organismos ya exista este diseño realizado por algún visionario como examen de grado. Es una idea para exportación, y Ecuador podría ser el pionero, para que nunca más falte luz en el planeta mientras el ser humano lo habite.

José Gabriel Pantoja Vera