Cartas | Ausencia de ideología política y civismo en candidatos a Carondelet
Si no le satisface ningún candidato, ¡vote nulo!
Los 16s contendientes a la Presidencia solo han puesto su currículo de forma -la probidad de cada uno siempre será una incógnita-, pero sí coinciden en ser los idóneos para salvar a la Patria. ¿Patria o su parcela o cofradía? Y mantienen en sus discursos la trillada frase de cambio; nuevo Ecuador ante el viejo Ecuador y otras frases cursis. A parte de los dos elementos que titulan este comentario no presentan, y esto es lo principal, un plan de trabajo técnico y directamente elaborado que diga el qué, el cómo, con qué; como algunos años presentó el Dr. Jacinto Velázquez Herrera, cuando se candidatizó a la primera magistratura. La problemática de la nación es la pobreza - como siempre lo ha sido-, la inseguridad social- delincuencia en todas sus formas-, desempleo, economía, educación; cada uno de estos aspectos deben ser decodificados exhaustivamente para tratarlos en su verdadera dimensión de manera integral en el universo país. Hubo un intento de unificar las izquierdas. ¿Serán ideológicamente de esta teoría, todos los que se reunieron? Pero como cada representante llevaba agenda propia, insistieron en ella, no como la buena, sino como la mejor y, en lugar de consenso y criterios unificados y por ende conjunción monolítica surgió la soberbia y el antagonismo de prevalecer sus corporaciones en detrimento del universo país al cuál demagógicamente dicen amar.
Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), civismo es el celo por las instituciones e intereses de la patria. Comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública. Lo que significa que el candidato debe dar prioridad a este valor sin desprenderse de su ideología - izquierda o derecha-, a la cual despojará de sectarismo y ortodoxia obsoletas para atender la problemática social de la realidad presente histórica. Hay ausencia total de civismo en el momento crucial que se vive o supervive en un ambiente social donde todos nos sentimos estresados y, ojalá no, propensos a hacer justicia por mano propia.
Si no le satisface ningún candidato, ¡vote nulo!
Lenín Manuel Moreira M.