Cartas | La falsa y distorsionada utilización política de la palabra progresista

El verdadero progreso es el proceso ascendente y positivo de una civilización en lo ético...

Los partidos y movimientos políticos que se denominan de izquierda, en especial los del falso ‘socialismo’ del siglo XXI, utilizan ciertas palabras o términos para desorientar y engañar con fines electorales, al decir y autocalificarse como ‘progresistas’ o que practican el progresismo, a fin de cubrir con esa falsa apariencia los innumerables atropellos y abusos que esos gobiernos pertenecientes a esa corriente política han perpetrado, como son los paradigmáticos casos de regímenes como los de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, etc., que utilizando ese membrete han violado sistemáticamente los derechos humanos de sus pueblos, sometiéndolos a pobreza y miseria, con exorbitantes índices de inflación, miserables salarios y gigantescas migraciones, presos políticos, corrupción y crímenes contra sus opositores que reclaman sus derechos conculcados. Se autocalifican como progresistas por defender el aborto sin restricciones y las aberrantes prácticas de cambio de sexo, incluso desde la niñez y adolescencia, ocasionándoles un grave daño, irreparable. También protegen y defienden los derechos de los delincuentes y no de las víctimas, bajo el engañoso sofisma de que son unas inocentes víctimas de la sociedad. El verdadero progreso es el proceso ascendente y positivo de una civilización en lo ético, lo científico, lo democrático y ante todo en el respeto irrestricto a la libertad, a la familia, a la propiedad privada y a los valores morales inherentes al ser humano; todo lo demás no es progreso, es retroceso a la barbarie.

Manuel Yépez Andrade