Cartas de lectores: 15 de Noviembre de 1922
En asamblea general acordaron hacer una marcha pacífica, que fue de miles de trabajadores desarmados
Día de dolor y consternación indignante en Guayaquil. Mujeres y hombres trabajadores en marcha pacífica, indefensos y desarmados fueron masacrados por el Ejército y la Policía; y sus cuerpos, tras abrir sus vientres, arrojados al río Guayas y a una zanja común. Murieron cientos para unos, miles para otros. ¿Por qué tan desproporcionada reacción y barbarie? Ecuador atravesaba una muy grave crisis económica por la drástica bajada de precios del cacao en el mercado internacional; luego, la caída de la producción por plagas.
Se imprimía moneda nacional sin límite ni respaldo bancario, creando una inflación galopante. Se disparó el precio del dólar (de 2,25 que se cotizaba en 1920, subió a 4,20 sucres en 1924). Se devaluaban el sucre, salarios y jornales, y los víveres trepaban sus costos; las élites veían crecer rápidamente su patrimonio, y a las mayorías empobrecidas se les encarecía la vida.
Se habían organizado múltiples sociedades que agrupaban a trabajadores (de luz y fuerza eléctrica, tipógrafos, carpinteros, cacahueros, modistas, zapateros, conductores de carros urbanos, etc.). En volantes y manifiestos expresaban su dolorosa situación y la de sus familias. Sus fundamentales peticiones eran: 8 horas de trabajo diario; descanso un día a la semana (desde 1916 era ley mas no se cumplía); aumento de salarios, cese de despidos, desmonopolización del dólar. ¿Eran peticiones injustas, arbitrarias, desmesuradas, desproporcionadas? La unidad de los trabajadores crecía monolíticamente pero no había respuesta.
Solo ante la declaración de paro general se convocaron autoridades, patronos y trabajadores, sin llegar a un acuerdo. Los trabajadores declararon huelga progresiva, suspendiendo día a día sus actividades, dejando a la ciudad sin víveres, diarios, transporte o luz. Querían presionar y llegar a una solución. En asamblea general acordaron hacer una marcha pacífica, que fue de miles de trabajadores desarmados. Era 15 de noviembre de 1922, ¡Que la falta de empatía, elemental sentido de humanidad, y el individualismo egocéntrico no sean causa para ver aumentar “Las cruces sobre agua”.
Rosa Lalama