Cartas de lectores: 26 de septiembre, Día de la Bandera Nacional del Ecuador

Esto daría fuerza a todos los ecuatorianos, y el juramento a la bandera sería de propios y extraños

Ahora que la patria está sangrando es cuando la tricolor debe estar flameando en el corazón de los ecuatorianos y en todo el territorio nacional ondeando. ¡Tricolor que orgulloso flameas, tu donaire y vaivén me estremece; siento en mi alma el amor que florece, con arrobo y orgullo por ti ¡Ante ti, reverente me inclino, patria mía, plasmada en el lienzo, juro amarte, cuidar tu destino y mi aliento entregarte hasta el fin! Y si osaran rasgar tu figura, te cubriré bandera con mi pecho y como escudo de filial pasión, derramaré mi sangre en tu lecho! ¡Que las hordas de horror no sean lastre, corrupción, deshonor y lisura! ¡Porque tu dignificas la gloria, de brillar con honor sin bravura! 

Tus colores representan la identidad y esencia de la historia del país, otrora llena de victoria; ahora en decadencia moral que denigra su memoria. Con solo mirarla, el alma se enciende de orgullo y con lirismo el corazón late con amor y patriotismo; nos invita a seguir los pasos de los próceres que como símbolo de hermandad, lucharon y dieron su vida por la libertad. 

Ahora que la patria está secuestrada, sumida en la marejada del odio y con desamor burlada, por los hijos del yugo; es momento de sellar un compromiso y acabar con los verdugos. Izando la bandera en establecimientos educativos, instituciones públicas, privadas y residencias, sembraríamos en nuestro ser su presencia; consiguiendo, que el civismo renazca con urgencia. 

Esto daría fuerza a todos los ecuatorianos, y el juramento a la bandera sería de propios y extraños; para que la paz renazca en este año.

Myrna Jurado de Cobo