Cartas de lectores: Aberraciones culturales de Guayaquil
Considerando lo anterior, bien podría crearse la Ruta de las aberraciones culturales de Guayaquil
Si las actuales autoridades municipales de Guayaquil continúan difundiendo esta novedosa ‘república’, corren el riesgo de generar aberraciones culturales en la ciudadanía, es decir, originar errores muy graves asociados a la capacidad de entender nuestra historia local.
Si se mantiene tal resolución sería una más de las aberraciones culturales que ya posee: el Hemiciclo de la Rotonda, con su complejo escultural de Bolívar y San Martín: el error monumental consiste en haber dado a ambos personajes la misma estatura; en la vida real Bolívar era muy pequeño comparada con San Martín. Por eso el Concejo municipal de la época no la recibió, pero tampoco la quitaron.
El monumento a Guayas y Quil: pese a haberse determinado la existencia del cacique Guayaquile, quien dio nombre a la ciudad, aún se mantiene en exposición. Este debe llamarse Monumento a la leyenda de Guayas y Quil. El monumento a Olmedo: unos dicen que se parece al escritor Víctor Hugo, otros que a Beethoven, pero nadie lo identifica como Olmedo (si no fuera por el nombre grabado). El barrio Las Peñas: quedó en el imaginario popular como colonial, sin embargo “fue destruido completamente durante el incendio grande de 1896.
Después de este suceso fue reconstruido con un estilo neoclásico que se puede contemplar al recorrer la calle Numa Pompilio Llona que culmina en Puerto Santa Ana”. (Trail Forth Journal). Y la más grande aberración: la fundación de Guayaquil. Basta con acudir al Acta de fundación de Santiago de Quito (posteriormente Guayaquil).
Pese a estar escrita en castellano antiguo, el escribano real Gonzalo Díaz la redacta con claridad asombrosa, lo que permite comprender la fecha, el lugar y las autoridades, así como las posibles mudanzas si se presentaran “...e que pareciéndole á su señoría quel dicho pueblo se debe mudar á otra parte, con el su nombre, se pueda mudar,...”. Hace algunos años, tratando de establecer una fecha definitiva, se logró reunir a un grupo de historiadores e ‘historiadores’ que decidieron, para zanjar el asunto, festejar solo el día del santo patrono Santiago, desapareciendo para siempre “...á los quince días del mes de Agosto, año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de mil y quinientos y treinta y cuatro...” fecha indiscutible de la fundación.
Considerando lo anterior, bien podría crearse la Ruta de las aberraciones culturales de Guayaquil.
Wilson Ruiz Calle