Cartas de lectores: El aberrante adoctrinamiento político en la universidad pública

. Persiguen a profesores y a estudiantes contrarios a su perversa seudoideología, al pensar diferente

El correísmo, durante la década de su nefasto y corrupto gobierno, se infiltró en la educación, disponiendo que se creen nuevas materias en el pénsum de estudios mediante las cuales falsa y engañosamente reivindicaban los supuestos logros de su movimiento político, la revolución ciudadana, como se autocalifican, sin que nunca hayan sido ni hayan hecho ninguna revolución. La infiltración política en las universidades públicas fue y es altamente nociva, a más de mantener la enseñanza de materias académicas obsoletas, anacrónicas, como el materialismo histórico y dialéctico, que fueron la base ideológica del socialismo y del comunismo, rotundos y pavorosos fracasos, que utilizando esas ideologías perversas destruyeron a sus pueblos, como fueron y son la extinta Unión Soviética, países exsocialistas de Europa del Este, y los actuales Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, que han sumido en la pobreza y miseria a sus ciudadanos, con la pérdida de su libertad y la flagrante y sistemática violación de sus derechos humanos. Esta perniciosa corriente política hoy convertida en el mamotreto que denominan socialismo del siglo XXI, propugna la división y el odio social (lucha de clases, hoy disfrazada en un falso progresismo), reivindican la ideología de género, el ridículo lenguaje inclusivo, un mal entendido y pernicioso feminismo (que considera al hombre como su enemigo hetereo-patriarcal y no como su complemento de vida; al que hay que vencer y destruir), perjudicando a la mayoría de mujeres que no comparten esas falacias; así como conceder ilegal e injustamente privilegios sociales a grupos LGBTI, al falso indigenismo; y defender el aborto sin restricciones, el estímulo a la identidad y percepción distorsionada de cambio de identidad de sexo desde la niñez, con aberrantes tratamientos que trauman y destruyen la vida de niños y adolescentes. Hay denuncias y se ha evidenciado la infiltración de adoctrinadores políticos correístas y cubanos disfrazados de docentes en universidades públicas de Manabí, bastión electoral de ese grupo mafioso politiquero, y en la Universidad Central, entre otras instituciones de educación superior. Persiguen a profesores y a estudiantes contrarios a su perversa seudoideología, al pensar diferente. Además propugnan el ateísmo, que es la no creencia en Dios, y la destrucción de la familia, la propiedad privada y los valores de nuestra civilización occidental y cristiana.

Manuel Yépez Andrade