Cartas de lectores | Abogánsteres, un tema delicado pero inevitable
¿Cuántos de estos ‘angelitos’ estarán buscando ubicación en el cielo?
EXPRESO en sus ediciones del 29 y 31 de enero publicó la defensa del presidente del Colegio de Abogados del Guayas y por otra parte la abierta crítica de uno de los colaboradores del periódico. El primero destaca una “enérgica protesta” porque, supuestamente, se estaría generalizando el comportamiento antiprofesional de pocos afiliados al representar a personas involucradas en determinados delitos, pues, supuestamente, habría más abogados buenos que malos, aclarando que la defensa es una “decisión personal” de los profesionales del derecho. Ahí es donde nace la ‘calidad moral de quien acepta o no la defensa’, ya que no está obligado a ello. Algo más, señala que los abogados tienen jueces naturales que son los “tribunales de honor”, los cuales buscan siempre reforzar el “Código de Ética” para mejorar tan “noble profesión”.
Lo anotado no considera, lastimosamente, entre otros, los pedidos de Diario EXPRESO “para que los colegios profesionales sancionen a quienes deshonran la profesión de abogado”, porque actualmente ya no solo defienden el narcotráfico y la mafia, sino que protegidos por el título, han resultado en “aspaventosos criminales”.
La preocupación es válida, porque si bien es verdad que la Ley de la Federación de Abogados, establece los Tribunales de Honor, cuya organización es responsabilidad de los diferentes colegios; e incluso crea el Código de Ética y las sanciones a aplicarse, por ejemplo en errores cometidos en el patrocinio de una causa; negligencias e inobservancia de determinadas obligaciones; y hasta la suspensión del ejercicio profesional con la respectiva notificación al Consejo de la Judicatura, pudiéndose, llegar a la expulsión del Colegio, inclusive.
Por todo lo expuesto, parecería que existen suficientes normas que cuidan el ejercicio profesional de los abogados, pero en cambio faltarían autoridades que las apliquen, sin lo cual sus actuaciones seguirán desprestigiándose.
¿Cuántos de estos ‘angelitos’ estarán buscando ubicación en el cielo?
Iván Escobar Cisneros