Cartas de lectores: Adictos al subdesarrollo
Quien la emitió debe patentar la idea como un inclusivo e irrebatible término del axiomatismo ecuatoriano
“Los ecuatorianos son adictos al subdesarrollo”. Ese calificativo emitido en un programa de entrevistas difundido en televisión nacional e internacional en días pasados es algo que muchos consideramos un hecho verídico; también puede catalogárselo como una sentencia. Quien la emitió debe patentar la idea como un inclusivo e irrebatible término del axiomatismo ecuatoriano. Estriba en diversas situaciones o circunstancias opacas que solo nos perjudican, por lo cual se guarda soterrado silencio, escudándose bajo un antiparadigma que nada resuelve y que cae en el quemeimportismo inconsciente. Por eso es común escuchar decir: no hay mal que por bien no venga.
Tan acertado es el calificativo se está haciendo viral pues expresa una idea clara de lo que ocurre en el país, y le saldrán padres, madres, agnados y apegados para adueñarse de él. Pondrá a cavilar a la ciudadanía ecuatoriana y a autointerrogarse: ¿por qué estamos como estamos? En la inconsistencia de nuestros pareceres nos sumergimos en una mezcolanza o suerte de equilibrio macabro, con las consecuencias y derivaciones que ello conlleva. Apagones, falta de agua, de internet, mayor inflación, inactividad comercial, turística, empresarial; intranquilidad, falta de circulante e inseguridad. Y como adictos al subdesarrollo, decimos que estamos mal cuando estamos bien y que estamos bien cuando estamos mal.
César Antonio Jijón Sánchez