Cartas de lectores | Los almacenes de telas en La Libertad

La avenida 9 de Octubre y calle Guayaquil, de La Libertad-Santa Elena, acogió en sus locales recordados almacenes donde se vendían cortes para la confección de ropa para damas y caballeros. Lino, casimir y poliéster de origen nacional o extranjero; eran los más buscados. Estos negocios fomentaron el progreso de la capital económica de la península. A los almacenes de telas más renombrados de la década de los 60 se acudía a comprar y había promociones en fechas especiales. Son firmas comerciales de telas que se mantienen por medio de los descendientes de sus principales: Casa del pueblo, El Regalo, Ajoy, Lupita, El Cañonazo y Dorado. El Almacén Americano, de calzado, que sufrió un lamentable incendio. Aliados a los bazares; Guillo, Jonny, Botones y algo más, y Carlitos, donde se encontraban figurines, agujas, hilos, pellón, patrones, encajes y otros elementos para modistas y sastres. Las damas acudían recorriendo almacenes para elegir el color y estampado de tela a lucir. En rollos, las telas exhibían en las perchas. En cada sector barrial de la actual provincia de Santa Elena existían excelentes modistas y grandes sastres dispuestos a confeccionar la prenda al gusto del cliente. Una sastrería con trayectoria de La Libertad es La Elegancia, de don Félix Maximiliano Del Pezo Suárez, quien atiende a su respetable edad de 88 años, a la subida de la loma a la iglesia de la ciudad comercial. En la calle principal de La Libertad existieron varios talleres de grandes sastres, recordando a Francisco Cristóbal, de la sastrería La Moderna; don Enrique Enríquez, de la sastrería Ecuador, e Isidro Quimí, de la Sastrería Quimí. Recordadas modistas de Santa Elena: Dorita Muñoz Orrala, Piedad Cedeño (+), Elsy Laínez Rodríguez (+), Teresita Rodríguez (+), Nancy Quirumbay Suárez, Patricia Muñoz Pozo. Los sastres Bartolo Laínez Aquino (+), Salomón Laínez (+) y Valerio Muñoz Alejandro (+). El trabajo artesanal de sastrería y modista era un oficio que heredaban de sus antecesores, manteniendo una tradición de familia de costureros. Luego se crearon academias o cursos para aprenderlo.

Evelio Patricio Reyes Tipán