Cartas de lectores | La baja nota en educación

Nuestros jóvenes chocan con la realidad, donde no tienen las facilidades de los colegios

En la última prueba aplicada a estudiantes de escuelas y colegios, el resultado es una baja nota. Tenemos un problema en el sistema educativo, y según los analistas pasa por muchos factores, que van desde lo económico, lo emocional, contexto familiar, entorno escolar, marco legal, etc. Tras la pandemia comprobamos lo que suponíamos: bajo nivel de aprendizaje. De aquí en adelante se hizo común escuchar de padres, docentes, psicólogos, autoridades y hasta los mismos estudiantes, la famosa la frase: “nadie se queda de año”. Ejemplos reales: 1) Nadie pierde año por faltas. Estudiantes que por alguna razón dejan de asistir 20, 30 y más días a clases, son reintegrados; es fácil entender que no tendrán el mismo nivel de conocimientos. 2) Estudiantes que no cumplen con sus actividades (deberes, lecciones, etc.), tienen la facilidad de entregar con atraso, tras recordarles a los padres una, dos y tres veces. Esto es pan de todos los días. 3) Clases asistidas y traslados. Si ellos son seleccionados para la prueba Ser Estudiante, tendremos una baja nota. Seamos honestos. Y un tema que no se toca y que incide en el bajo nivel son los educadores que, de buena fe, se ganaron una amonestación o un sumario administrativo. Esto ha llevado a que algunos docentes pierdan su motivación por la calidad educativa; “ya no se hacen problema” para así evitar líos y papeleos engorrosos. Otro factor importante: nadie entiende por qué la Policía no puede intervenir dentro de los planteles para prevenir posibles portadores de armas y sustancias sujetas a fiscalización; esto es un absurdo que va contra el buen vivir garantizado por la Constitución. Hay que aceptar la realidad. Algo está mal, lo que nos obliga a repensar la educación del país. Necesitamos padres más comprometidos con la educación de sus hijos, docentes motivados y empoderados de su rol, leyes que no sobreprotejan a los educandos incumplidos. Nuestros jóvenes chocan con la realidad, donde no tienen las facilidades de los colegios. Si falta mucho o cumple a medias sus obligaciones, perderá su trabajo, la universidad o su familia. La escuela debe ser un laboratorio de vida real.

Julio César Navas Pazmiño