Cartas de lectores: La caída de Estados Unidos
Tras las guerras mundiales, EE. UU. emergió como potencia, pero hoy sufre pérdida de liderazgo ante China y la migración
Las dos guerras mundiales que convirtieron a Europa y parte de Asia en campos de batalla, debilitaron la influencia global de las potencias europeas, en especial de Reino Unido. En contraste, Estados Unidos emergió fortalecido al no sufrir daños en su territorio, manteniendo intactas sus industrias, universidades e instituciones.
Ya contaba con científicos e innovadores de primer nivel, pero las guerras impulsaron la migración de talentos europeos hacia América, lo que consolidó su supremacía en investigación científica, desarrollo e innovación tecnológica (I+D+I), elevando el nivel de vida de su población y atrayendo migrantes de todo el mundo.
De sus universidades surgieron empresas globales como Microsoft, Apple, Amazon, Meta, Chevron, Ford, Chevrolet, Nvidia, etc. Tras la II Guerra Mundial comenzaron cambios significativos. Japón envió estudiantes a EE. UU., base del ‘milagro japonés’ de los 70. Más tarde, acuerdos con China trasladaron manufactura a Asia. Corea del Sur también se benefició con transferencia tecnológica, originando gigantes como Samsung, Hyundai y LG.
Simultáneamente, América Latina enfrentó dictaduras, guerrillas y narcotráfico, lo que generó migración masiva hacia EE. UU., cuyo mercado laboral absorbía esa fuerza de trabajo gracias a su economía de consumo basada en innovación. Sin embargo, esa ventaja tecnológica se ha ido reduciendo.
Hoy China es el principal rival de EE. UU., junto con India, Japón y Corea del Sur. A cada empresa estadounidense le ha surgido su contraparte asiática: Alibaba a Amazon, TikTok a Instagram, BYD a Tesla. Con manufactura barata y pocos derechos laborales, Asia produce bienes más competitivos. Esto amenaza la hegemonía estadounidense, que enfrenta dos grandes desafíos: migración descontrolada y pérdida de liderazgo en I+D+I.
Trump, consciente de estas amenazas, impulsa medidas contra la migración y aplica aranceles, sobre todo contra China. Además, busca reducir gastos gubernamentales recortando ayuda militar a otros países, como Ucrania. Su discurso aislacionista apela a no involucrarse en conflictos ajenos, sin considerar que permitir avances de Rusia o China puede desestabilizar regiones enteras y llevar los conflictos más cerca. El retiro del apoyo estadounidense ha impulsado una carrera armamentista en Europa y Asia, incluso con miras al desarrollo de armas nucleares, como en Corea del Sur. La caja de Pandora parece haberse abierto…