Cartas de lectores: La caída en picada del candidato presidente

Mientras tanto, una epidemia nos acecha hasta con una naturaleza que no ha tenido piedad

Es previsible lo que está ocurriendo en nuestro pequeño país: la crisis que nos agobia por los cuatro lados, un presidente que mira para otro lado para evitar ser cuestionado por su falta de liderazgo y poca elocuencia cuando se dirige a los ecuatorianos y que cuando habla es para escudarse de su mal manejo de la política en sus antecesores.

Y se da la alabanza de su propia boca al decir que en sus 10 meses de gobierno ha hecho más que los tres gobiernos anteriores. ¡Qué falacia y audacia!

El presidente Noboa en sus pocos discursos nunca se refirió a la crisis energética ni en una hipotética escala al mal manejo de la cosa pública.

Los ladrones de poca monta, los de cuello blanco, que muchos están prófugos por la corrupción rampante que nos azota, los pirómanos; todos destruyeron nuestro país sin que haya un solo preso.

Los terroristas nos tienen acorralados, mientras que el candidato presidente se va a reuniones al exterior para no ver lo que está pasando.

Y regresa sin darnos un informe, ni a la Asamblea, peor a la ciudadanía.

Para poner la cerecita en el pastel, habló solo 11 minutos, no para homenajear a Guayaquil en su fecha de independencia, sino para rendir un tributo a su padre, que fue cuatro veces candidato a la presidencia, condecorándolo con la Orden Nacional al Mérito en el grado de Gran Cruz, que a decir verdad, no se merecía, porque no hizo absolutamente nada positivo para el país.

Mientras tanto, una epidemia nos acecha hasta con una naturaleza que no ha tenido piedad y que nos mantiene en la oscuridad. Las sequías son un mal sin remedio.

Solo nos resta alzar los brazos al cielo para que Dios se apiade de nosotros y esperar que pasen los siete meses que le faltan al actual presidente, pidiéndole a nuestros conciudadanos que abran su mente y sus ojos para que nunca regrese a la presidencia el señor Noboa.

Luis Mario Contreras Morales