Cartas de lectores | Camino viejo

Un jinete avanza con galope acelerado por el camino empapado de alegrías

Es el estrecho sendero cubierto de follaje verde intenso, alegoría de recuerdos que se tejen en un recorrido de melancolía infinita. Largo camino para llegar a la estancia, aquella casita de madera bajo un ceibo escarlata junto al huerto de ciruelos; solo el camino viejo conducía al arca de memoria infantil. El floripondio palo de rosas que florece un día perdido de verano; flores de muertos en noviembre cubren la vía de una rara fragancia que la memoria no olvida y trae a la mente a ángeles eternos. Camino bordado de árboles gigantes donde penden orquídeas blancas, arbustos resbalan por la peña, un colibrí busca flores donde posarse y solo se escucha el canto de aves en enredaderas que trepan viejos troncos. Un jinete avanza con galope acelerado por el camino empapado de alegrías y tristeza; en cada tramo se queda el corazón destrozado, al llegar o despedir a la casita amada de madera, cofre de ternura donde esperaba siempre una madre. Los campos de mi Santa Elena tienen aroma a paja toquilla, mango verde, dulce de pechiche, camote asado. Flores silvestres, raros crotos, albarradas sepultadas, cerros en decadencia y chacras olvidadas.

Evelio Patricio Reyes Tipán