Cartas de lectores | Caraguay
A largo plazo, se requiere un rediseño logístico humano de todo el complejo
Nombre este del mercado mayorista de productos de pesca de Guayaquil, algo enigmático, como lo es el Golfo de Guayaquil que lo entraña. Al guayaquileño le encanta saborear el cangrejo, pero no sabe cómo llega a la mesa, ni sabe lo que es el Golfo o, si tiene alguna noción, nunca ha estado por esos lares. Pero veamos esa inmensa extensión fluvial y estuarina regada de islas de manglar habitadas por comunidades ancestrales con miles de habitantes, donde no hay tierra cultivable, ni agua dulce, que viven de la pesca diaria, y también del contacto diario para vender sus productos y comprar víveres. Es por allá…., para la mente indiferente. Y Caraguay su entrada. Portón no, solo malla, como la de un viejo garaje de lote vacío. El lugar, si bien ha sido regenerado hace unos 40 años, manejado por una municipalidad corrupta a favor de grandes comerciantes de pesca, ha dejado en olvido a los habitantes del Golfo, como señala el artículo “El muelle que traba la movilidad”, de Paul Arias en el Diario EXPRESO del 23.03.2024, y donde reina la insalubridad. Al lado de ese escuálido acceso se estrella un espacioso muelle de hormigón casi sin uso; además, del otro lado y contiguo, una renovación realizada hace pocos años para dar mejor acceso está intocada. Existen facilidades que no se usan y se pueden activar, por lo menos para aliviar de manera inmediata, en algo, la situación inhumana vergonzosa para una ciudad que quiere llamarse ‘metrópoli’. Tal medida inmediata tiene que ir a la par con la organización separada de movilidad de pasajeros y de movilidad de productos pesqueros (pues existen tres accesos separados y solo se usa uno). Y, para que deje de ser un antro de negociados, el Caraguay debe ser un punto de control de la pesca. A largo plazo, se requiere un rediseño logístico humano de todo el complejo, lo que se merecen los habitantes del Golfo y de la ciudad de Guayaquil.
Federico P. Koelle D.