Cartas de lectores | La cárcel municipal, historia y potencial
En este caso, no dejemos perder este edificio patrimonial, que tiene más de 50 años de abandono
Felicitaciones a los arquitectos Gorozabel y Naula por su proyecto de rescatar la cárcel municipal. Los planos de los arquitectos de la Universidad de Guayaquil, coinciden con la idea que tiene UArtes para la cárcel. El lugar está apto para ser un conservatorio musical y un atractivo turístico.
El Conservatorio Antonio Neumane lleva varios años sin edificio propio. De conseguir la regeneración de la cárcel municipal podrían compartir espacio con este conservatorio, uno de los más importantes que tuvo Guayaquil.
La cárcel municipal es patrimonio de la ciudad por ser uno de los primeros edificios elaborados con hormigón, paredes de concreto. Mi recuerdos se remontan a 1954 más o menos. Mi padre, doctor en medicina Luis Elicio Gómez González era gran amigo del director de la cárcel en aquellos años, el comandante Bolívar Valdivieso Alba, quien residía en el mismo edificio con su familia. Eran frecuentes sus invitaciones a mis padres y a mi hermano, un año menor a mí. Él nos iba a recoger en el mismo carro que usaban los presos. Fue un director honesto, como eran los ecuatorianos en aquellos años, entregado ala función de rehabilitar a los presos, que no eran como los actuales. Sería importante rescatar fechas exactas en que él dirigió la cárcel, pues lo investigado por el historiador que hace el comentario de que esta era “un infierno en vida” no coinciden con lo que era el sentir de los presos ni de sus familiares cuando asumió la Dirección el comandante Valdivieso. No recuerdo con exactitud que edad yo tenía yo, creo que no más de 12 años (nací en 1942).
Mi padre nos decía que al hablar con su amigo le contaba que su proyecto a corto plazo era rehabilitar a los presos haciendo que desarrollaran tareas que los mantuvieran ocupados; si mal no recuerdo, hacían muebles de madera que ponían a la venta.
Gracias a Diario EXPRESO, por sus reportajes, siempre tan interesantes. En este caso, no dejemos perder este edificio patrimonial, que tiene más de 50 años de abandono.
Laura Esther Gómez Serrano