Cartas de lectores | El colmo de la ridiculez
No confiaría en personas que adoptan posiciones tan distintas ante circunstancias que requieren el mismo grado de madurez
He escuchado con total asombro las expresiones de Pierina Correa, quien sostiene que los adolescentes no deben ser juzgados como adultos “porque la madurez se alcanza a los 30 años”. ¿Está diciendo esto quien pertenece al movimiento político que promovió y consiguió que los adolescentes voten desde los 16 años? Si hoy hay estas contradicciones, qué podemos esperar de un eventual gobierno de personas tan variables en sus conceptos. ¿Nos está diciendo que un adolescente a los 16 años es capaz de decidir con lucidez quién debe dirigir los destinos del país, y a la vez es incapaz de dilucidar entre lo que está bien y lo que está mal? No confiaría en personas que adoptan posiciones tan distintas ante circunstancias que requieren el mismo grado de madurez. Para que una persona pueda elegir mandatarios, requiere exactamente el mismo grado de madurez que para saber dilucidar entre el bien y el mal: no es posible que persona con el grado de madurez apropiado pueda sostener lo contrario. Está apostando a un segmento de votantes, sin importarle, en absoluto, el futuro de nuestro país. Es este el tipo de políticos que debemos erradicar de nuestra sociedad: oportunistas, inconscientes, irreflexivos, incapaces de afrontar razonadamente las consecuencias de lo que dicen. Por dirigentes políticos como ella (teóricamente fue la asambleísta más votada en alguna de las elecciones) tenemos la Asamblea que tenemos, el Código de la Democracia y el COIP que tenemos, y los presidentes que hemos tenido.
José M. Jalil Haas