Cartas de lectores: La compasión, ideal para trabajar en los hogares
Quienes ayudan de corazón son dignos de admiración
¿Puede ser tan difícil que el ser humano ayude a su prójimo? Influyen algunos factores, el principal es el deseo por servir a otro, y claro, depende del poder adquisitivo, que a su vez depende de la situación, pero en ocasiones se puede hacer algo por los demás con tan solo escuchar y brindar un consejo o palabras de apoyo. Tal vez no le otorga una solución, pero quizá sea un alivio para el ser afligido. Lastimosamente hay quienes dirán: “no tengo tiempo”, “solito se metió en eso ahora que salga”. Estas frases son comunes, pero pueden afectar en lo emocional. El Libro de Mormón dice en; Mosíah 4: 17: “Tal vez dirás: el hombre ha traído sobre sí su miseria; por tanto, detendré mi mano y no le daré de mi alimento, ni le impartiré de mis bienes para evitar que padezca, porque sus castigos son justos”. Este versículo se adapta a las frases antes citadas, y parece de no creer cómo un texto escrito en 124 a .C. tranquilamente va de la mano con la actualidad. Y es que las personas no buscan meterse en problemas, porque no tienen nada que hacer; siempre habrá un motivo, justificado o no, pero lo hay, sin embargo, la actitud que algunos suelen tener en ocasiones deja mucho que desear. Quienes ayudan de corazón son dignos de admiración. Se puede inculcar sensibilidad en las nuevas generaciones para que no sean metalizados y se conviertan en seres compasivos.
Carlos Cordovez de la Gasca González