Cartas de lectores: Comunicación normal vs. comunicación digital
No puedo dejar de mencionar lo más importante: la comunicación familiar, en este momento desplazada por la tecnología
Vivimos en un mundo hipnotizado por la tecnología; nos levantamos, desayunamos, almorzamos, cenamos, viajamos, bailamos, paseamos, jugamos, estudiamos, trabajamos, nos enamoramos, etc.; con todo un planeta de información en nuestras manos o escritorio. En el siglo XXI nuestra sociedad en general está en ventaja sobre las que no tenían la tecnología para informarse. Somos capaces de descubrir un globo infinito de informática, métodos, prácticas y ciencias en un segundo para salir de cualquier duda y tener respuestas.
La comunicación ‘normal’, principal herramienta del ser humano para entablar lazos de amistad y fraternidad universal, la hemos dejado en segundo plano gracias a la comunicación digital. Es primordial estar comunicados, pero recordemos que las normas básicas del lenguaje deben respetarse siempre. Los tipos de lenguaje que usamos (oral, escrito, mímico) deben ser el pilar para complementar el lenguaje digital en la era ‘millennial’ para el correcto uso del mensaje claro, sencillo y conciso que tenemos para codificar expresiones y pensamientos.
Lo hermoso de la lectura física no podemos cambiarlo por una tableta digital; es importante, sí, pero a los que sabemos del sentir de tener un buen libro en las manos esto nos causa una sensación de placer total.
Nuestras bibliotecas públicas o privadas, que tienen un almanaque infinito de conocimiento, las hemos olvidado en su gran mayoría por comodidad en tiempo y espacio; incluso en nuestros hogares, donde antes las veíamos al llegar en la sala principal, hoy han sido reemplazadas por inmensas pantallas de TV, equipos de sonido, consolas de videojuegos, etc.
Los trabajos manuales de antes, como el correo, ya poco o nada se ven, desplazados de a poco por el correo digital. Los juegos de antaño de los niños: el trompo, la cogida, las bolillas, el bale, etc., han desaparecido; ahora la mayoría de jóvenes tienen su móvil en mano y se ‘divierten’ desde la comodidad de su cuarto.
No puedo dejar de mencionar lo más importante: la comunicación familiar, en este momento desplazada por la tecnología. Ya no se puede comer en la mesa principal sin el celular en la mano o ver televisión juntos en la sala porque todos los buenos modales y costumbres se reemplazaron. Tenemos tiempo de educar a nuestros hijos; la tecnología es indispensable, pero nunca podremos dejar los principios fundamentales de nuestra comunicación para el bien de todos.
Juan González Freire