Cartas de lectores | Conflictos como parte de un plan mayor de Israel
No podemos seguir siendo testigos mudos de la tragedia que cada día cobra más vidas inocentes
Muchos analistas y académicos sugieren que Israel sigue un plan a largo plazo para su expansión territorial (el Gran Israel) que incluiría su actual territorio, partes de Palestina, Jordania, Líbano, Siria, Irak, y hasta porciones de Arabia Saudita y Egipto. No es una política oficial explícita, pero ha sido alimentada por la expansión de asentamientos en Cisjordania, anexión de territorios estratégicos como Alturas del Golán, y guerras periódicas que redibujan el mapa geopolítico de la región. Cada guerra y conflicto debilita a los países vecinos, fractura sus sociedades y deja a Israel en posición más fuerte. La ocupación de Palestina, guerras en Líbano, enfrentamientos con Siria, intervenciones en Gaza, todo forma parte de la estrategia de expansión y consolidación del poder israelí. Escarapelas en los uniformes de los soldados israelíes, que a veces incluyen un mapa del Gran Israel, son recordatorios visuales. El camino hacia la paz en Medio Oriente parece cada vez más sombrío. La resistencia de los pueblos árabes y palestinos ha sido constante, pero se enfrentan con una fuerza desproporcionada que ha traído sufrimiento inhumano a la población civil. Lo que vemos en Gaza y Líbano son actos atroces: bombardeos indiscriminados, destrucción de hogares, hospitales y escuelas, aniquilación de familias enteras. La complicidad de las potencias occidentales, con su silencio conspirador y su respaldo incondicional a Israel, está alimentando esta tragedia, permitiendo que el sufrimiento de inocentes se prolongue sin fin. El futuro del Medio Oriente no puede construirse sobre ruinas de ciudades devastadas, cuerpos de niños masacrados y lágrimas de madres que han perdido a sus hijos. La paz solo será posible cuando se ponga fin a esta política de destrucción y genocidio, cuando se reconozca el derecho de los pueblos de la región a vivir en libertad y dignidad, y cuando la comunidad internacional asuma su responsabilidad de proteger a los más vulnerables. Es momento de que el mundo despierte y condene lo que está pasando. No podemos seguir siendo testigos mudos de la tragedia que cada día cobra más vidas inocentes.
Elías Faour