Cartas de lectores: Esa cosa llamada OEA
¿Entonces para qué fueron a la Asamblea? El tirano Maduro se va quedando solo
Donde sus miembros, representantes de 32 países, ‘turistean’ una vez al año obligatoriamente y excepcionalmente cuando hay una bronca que valga la pena. Manoseando el celular hablan horas retransmitiendo órdenes superiores sin acordarse del sentido común. En la Asamblea Extraordinaria convocada para conocer el escándalo de Venezuela votaron no o se abstuvieron, que es peor, a una moción que pedía al dictador Maduro que exponga las actas de su reelección para estar seguros de su triunfo. La Colombia de Petro, que aconseja a Maduro, y el Brasil de Lula, castrista empedernido y admirador de Chávez, boicotearon ladinamente la votación para salvar al delincuente, animando a que Almagro, jefe de la OEA, quiera salvar los muebles pidiendo la prisión para Maduro. El procedimiento de auditoría pedido por observadores internacionales es completamente legal y debió ser consentido por el dictador antes de que mueran los venezolanos que protestaban en las calles y estén pensando en construir dos cárceles para apresar a 1.200. Corina Machado, activista de la oposición, expone los documentos y afirma tener las actas donde González Urrutia supera 70 a 30 a Maduro, confirmando el robo del siglo del delincuente chavista, que no quiere aceptar la derrota y cumple su promesa de bañar en sangre la patria si perdía las elecciones. Poco a poco se suman más países que detestan a Maduro y rompen relaciones diplomáticas. EE.UU. está preocupado y el representante de la UE no quiere saber nada de Maduro; pero hablando en oro, Maduro se ríe y hace lo que le da la gana: baila, mata, encarcela, persigue, roba votos y lo más grave: tiene comprado al ejército, que le asegura la supervivencia. Él sí cumplió al pie de la letra la orden del delincuente Fidel Castro que consta en el ideario del Foro de Sao Paulo: “Lo primero que hay que hacer para apoderarse de un país siglo XXI es liquidar a su ejército”. Esto no lo hizo el psicópata prófugo, que se atrasó, y por eso seguimos vivos. OEA, ONU y cien etcéteras, solo velan por los derechos de los delincuentes; nada dicen de presidentes miserables como Petro, Ortega, Lula, Evo, Fernández, que nombran comisiones chimbas y escurren el bulto diciendo que “cada país resuelva sus problemas”. ¿Entonces para qué fueron a la Asamblea? El tirano Maduro se va quedando solo. ¿Negociará la fuga? Lo más probable es que se corra con la plata, lo único que les interesa. ¡Suerte, Venezuela!
Carlos Mosquera Benalcázar