Cartas de lectores: Los decapitados
La Biblia relata la muerte de algunos hombres mediante esta forma de eliminación
Estamos viviendo la cruenta manera de matar a un individuo mediante la separación violenta de la cabeza del resto del cuerpo. Maldad imperdonable de quienes no conocen el respeto por la vida. Con crueldad ilimitada reparten en maleta y saco de yute extremidades, dorso y cabeza, sin pesar ni remordimiento. Durante la Revolución Francesa, unas 30 mil personas perdieron la cabeza en la guillotina, con una cuchilla afilada que partía la cuarta vértebra cervical, rompiendo la unidad de la anatomía. En nuestro país también practicaban los jíbaros la decapitación y reducían las cabezas al tamaño de una bola de billar para convertirlas en tzantzas. Hoy en pululan en suelo patrio ciertos desalmados que para saciar su ira decapitan a sus víctimas tan solo por el placer de hacerlo. Son salvajes dementes, enfermos incurables, poseídos por mil demonios que ya no tienen cura ni esperanza de perdón. La Biblia relata la muerte de algunos hombres mediante esta forma de eliminación: el rey Saúl, el gigante Goliat, Juan el Bautista, los apóstoles Santiago y Pablo, entre otros. Apocalipsis 20:4 dice: “Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio poder de juzgar; vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la bestia, ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años”. Parece que este método de ejecución seguirá vigente y va a permanecer hasta el final de los tiempos…
Gustavo Vela Ycaza