Cartas de lectores: La democracia

Dependerá de la población, ahora que todavía tenemos opción de elegir libremente

“Las democracias occidentales son decadentes, sucumbirán ante la gente del Este”, es una frase atribuida a Hitler, expresada en la película La caída. ¿Será cierto, será mentira esta frase que aparece en una película del 2004 que toma mucha relevancia cuando la libertad del mundo democrático está sometida a una terrible presión? Y me refiero a las presiones internas, cuando sus habitantes, haciendo uso de sus ‘derechos’, de sus ‘libertades’, socavan sus propios gobiernos en beneficio ya sea de gobiernos externos totalitarios o mediante apoyo a candidatos, a líderes, a ‘fuhrers’, que saben que tienen actitudes extremistas, dictatoriales, absolutistas; pero qué importa: es un candidato ‘de armas tomar’.

Las libertades democráticas las están transformando en libertinajes democráticos; se están perdiendo principios, solapados en los pretextos de los derechos individuales, por ejemplo, los géneros sexuales, el trato de justicia preferencial a quienes la transgreden: que si eres viejo ya no vas a la cárcel, que si eres joven no te pueden meter preso, que si estás embarazada, etc... En educación, ni se diga: no premios a la excelencia, no pérdida de año, masificación sin calidad de la educación...

En las democracias, aparte de los organismos internacionales, han proliferado las ONG de DD. HH., con autoridad sobre la justicia nacional, con el gran inconveniente de que no se sabe a qué o quiénes responden, cuál es su verdadera intención, porque con los años nos han demostrado que han dictaminado anulación de sentencias a verdaderos delincuentes, levantando acusaciones y persecuciones a quienes en su momento los capturaron o sentenciaron. Basta con revisar caso por caso y el escudo normalmente es dictaminar “errores procesales”.

El tiempo se agota, y así como terminó la Revolución francesa, la República de Weimar y muchos otros países actuales, si no damos un golpe de timón terminaremos en dictadura, y con nuestro nivel de honestidad, en una absoluta pobreza... Dependerá de la población, ahora que todavía tenemos opción de elegir libremente.

David Ernesto

Ricaurte Vélez