Cartas de lectores: El desconocimiento en la Función Judicial

Solo la preparación académica rigurosa, metódica y exigente puede dar a luz nuevos funcionarios judiciales idóneos

Me causaron profunda decepción las entrevistas a actores políticos publicadas en el reportaje sobre independencia judicial y saneamiento del sistema, pues revelan la esencia del problema: quienes buscan espacios de poder importante no tienen la menor idea de cómo funciona ni de lo que deben hacer para mejorarlo.

El problema principal no son los casos de corrupción que se presentan, sino el desconocimiento general de los funcionarios judiciales acerca de la ley y su incapacidad de argumentar y razonar para aplicarla como corresponde. Visto así, los concursos de elección (que se quieren ganar a punta de acciones judiciales) no son más que un complejo papeleo que, lejos de mejorar la calidad de los aspirantes, históricamente solo ha enturbiado los resultados. En los últimos veinte años hemos visto concurso tras concurso, y uno peor que otro.

Entonces, las soluciones deben buscarse a largo plazo: creando escuelas de jueces y fiscales a las que puedan acceder todos los graduados de derecho —funcionarios de carrera o no—, donde, después de varios años de estudio y especialización, puedan ser declarados aptos para llevar adelante la sagrada tarea de dar a cada quien lo que le corresponde. Se trata de invertir en un inmobiliario intangible, el que les queda a los aspirantes dentro de la cabeza, usando para eso a los mejores profesores posibles de toda Hispanoamérica, en cada área que sea necesario hacerlo.

Solo la preparación académica rigurosa, metódica y exigente puede dar a luz nuevos funcionarios judiciales idóneos y, de paso, con altas posibilidades de reducir la corrupción, porque no hay mejor filtro que el esfuerzo obligatorio para lograr el cargo. Aquellos que buscan réditos ajenos a la justicia no van a sacrificar su valioso tiempo en estudiar y prepararse para servir al país como corresponde.

Carlos Cortaza Vinueza