Cartas de lectores | Desmesurados beneficios de los sindicatos públicos
Es de esperar que por sensatez los dirigentes obreros negocien los contratos vigentes en una posición de equilibrio...
Una de las acciones importantes del actual gobierno es la revisión de la carga presupuestaria de los ‘ingresos globales’ y no solo de los ‘sueldos básicos’ de los trabajadores de las empresas públicas a través del Ministerio de Trabajo, gracias a la firmeza de la titular de dicha cartera de Estado, tema que por debilidad de sus antecesores nunca se pudo siquiera plantear a discusión como un reclamo público, porque cuando se trata de resolver alguna materia difícil o de interés político, más fácil es no tocarla y esperar que el siguiente, con más autoridad o menos compromisos, lo resuelva. Pero actualmente, ¿cómo supuestamente se solucionan los desajustes financieros en el caso de las empresas públicas? Solamente exigiéndole más recursos al Gobierno Central o encareciendo las tasas por los servicios que están bajo su control para generar, artificialmente, más ingresos y evitar que aumenten las pérdidas, cuando lo sensato es reducir los gastos excesivos.
Sin embargo, el problema mencionado pudo haberse resuelto años atrás, si en la administración de Rodrigo Borja, que contaba con una amplia mayoría en el Congreso Nacional, disponía en la Constitución que los sindicatos de los trabajadores pueden incluir solo trabajadores del sector privado, a fin de evitar eventuales abusos de los empleadores. Pero no se lo hizo por demagogia, pues en el caso de las generosidades de los administradores de las empresas privadas se hubieran afectado únicamente las utilidades de ellas y no las del sector público. Es de esperar que por sensatez los dirigentes obreros negocien los contratos vigentes en una posición de equilibrio tanto para el Estado como para sus agremiados, considerando también los beneficios e ingresos de la mayor parte de los ecuatorianos, para no caer en medidas extremas como las que se están tomando en Argentina por haberse abusado del Estado por varios años, debido al crecimiento innecesario de la burocracia y el respaldo político que ella puede brindar al gobierno que la contrata, y por la corrupción de los Kirchner.
Iván Escobar Cisneros