Cartas de lectores: ¿Por qué es difícil en el Ecuador elegir fiscal?

La fiscal que termina su periodo ha cumplido sus funciones con honestidad

Cualquier elección entre personas honorables y patriotas debe ser simple, sin cálculos y rápida. Para elegir al fiscal se ha ideado una Comisión Técnica de Selección, una convocatoria a concurso público, verificación de requisitos, Fase de Méritos y Oposición e Impugnación Ciudadana. El fiscal es designado vía concurso de méritos y oposición, regulado por el CPCCS y finalmente nombrado por la Asamblea. El problema empieza cuando el CPCCS (organismo infame inventado por Correa para nombrar a todas las autoridades y apoderarse del país), empieza a formar mayorías denominadas Liga Azul, parte de la cual ya fue destituida pero sigue en funciones con descaro, para posteriormente favorecer al candidato ‘sugerido’ por el delincuente prófugo (que ya no sabe qué hacer para regresar a seguir robando impunemente con fiscal alcahuete). Como primer paso elabora un instrumento que justificará la elección del nuevo fiscal -Reglamento- y lo redacta un correísta. Eso lo convierte inmediatamente en sospechoso, pero aun así es aprobado por mayoría. ¡Cómo sería el amarre! El documento tiene errores de bulto imposibles de ignorar y ocasiona el rechazo de la academia y otros entendidos que protestan porque según su articulado al abogado de 20 años de edad se le exige 10 de experiencia y que no se le haya encontrado sentencia en firme. Los juristas insisten en que las reglas del concurso deben ser modificadas, una vez que el juez Vicente Pico Lozano, que lo suspendió por pedido de un inconforme, dio marcha atrás (¿). Andrés Fantoni, presidente del CPCCS, opinó que “todo aporte externo es bienvenido y el reglamento es perfectible”. Mentira, llamó a sesión para aprobarlo. Es complicado escoger fiscal. Tras la elección hay gente desadaptada, delincuentes que no quieren ser acusados, pícaros que venden sentencias con aquiescencia de jueces venales que dan facilidades y existencia de un tarifario carísimo para violar la Constitución. El nombramiento de fiscal no es la lucha limpia que demuestra los méritos de aspirantes que quieren servir a la patria, sino la exhibición cínica de indeseables inmersos en peculados, prevaricatos, concusiones, lavado de activos, enriquecimientos ilícitos; organizaciones criminales (descubiertas en Metástasis, Purga y Plaga) que tienen una obsesión: robar y quedar impunes. La fiscal que termina su periodo ha cumplido sus funciones con honestidad, lealtad, respeto, transparencia, trabajo en equipo, independencia e imparcialidad.

Carlos Mosquera Benalcázar