Cartas de lectores: Don José María de la Concepción Antepara y Arenaza (1770-1821)

¿Cómo rendir real homenaje a los patriotas de esta magna gesta del 9 de Octubre de 1820?

Este prócer guayaquileño integró el movimiento libertario que, respondiendo a exigencias del momento histórico, lanzó el grito de independencia del coloniaje español el 9 de Octubre de 1820. Antes, al llegar a Londres conoce al pensador, activista y revolucionario Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia Latinoamericana, estableciéndose una estrecha amistad a partir de su ideología libertaria, que rápidamente cala en la mente y espíritu de Antepara. Él, como comerciante en su ciudad natal, soportaba arbitrariedades de impuestos y regulaciones desde Callao y Lima, a más de las que imponía el coloniaje dominante, creando un descontento creciente en las élites guayaquileñas. Ambos próceres publican El Colombiano, primer periódico que difunde la necesidad de una América que se gobierne a sí misma (solo editó cinco números). Más tarde se edita en Londres ‘South American Emancipation’, en inglés, francés y español, una recopilación de documentos sobre proyectos de emancipación. Los archivos de Miranda, de gran valor histórico, fueron llevados a Venezuela; Antepara debió salvarlos de la destrucción en la incursión fallida organizada por Miranda a ese territorio. Al regresar a Guayaquil, desarrolla una intensa actividad conspirativa con los complotados de la ciudad y en La fragua de Vulcano, reunión donde se planificó el movimiento revolucionario. Él fue uno de los patriotas firmantes del Acta de Independencia y uno de los redactores del Reglamento Provisorio de Guayaquil. Integrante del ejército guayaquileño División Protectora de Quito, muere en los arenales de Huachi. ¿Cómo rendir real homenaje a los patriotas de esta magna gesta del 9 de Octubre de 1820? ¿Es que las decisiones y acciones libertarias de Olmedo, Roca, Elizalde, Antepara y otros, junto al pueblo de Guayaquil no son el mejor ejemplo de que la historia no se detiene y que una sociedad se engrandece cuando sus hijos, tomando conciencia de los problemas de su tiempo y como tarea ineludible se entregan a la resolución de ellos? ¿Es que hoy Guayaquil ya no tiene problemas? Muchos, muchísimos, y todos los padecemos y vivimos a diario. ¿Qué hacer? ¡Reflexionemos! Sí al control policial, dado el auge y peligrosidad de la delincuencia. Sí al urgente rescate de las mayorías empobrecidas con proyectos que los ayuden a resurgir con dignidad. Entonces se habrá empezado a resolver los problemas de Guayaquil y la patria. ¡Qué mejor homenaje a los héroes del 9 de Octubre de 1820!

Rosa Lalama Campoverde