Cartas de lectores | ¡Cómo dueles, Ecuador!
Y cada vez más, muchos estamos pensando que las cárceles ya no son suficiente castigo o solución para estos seres
Desde el inicio voces advirtieron que la salida de la base de Manta, que la tabla mínima de consumos y las modificaciones al Código Penal iban a traer consecuencias nefastas a la sociedad ecuatoriana. Y hoy lo estamos viviendo ante la cruel presencia de una delincuencia mayoritariamente conformada por jóvenes que pertenecen a esa generación perdida en las drogas, los vicios, la lujuria y la avaricia de una vida de lujos, todo por culpa de esas desastrosas acciones y la metida de manos a la justicia. Nos tocó conocer el terrible, trágico y sin sentido asesinato de un médico ejerciendo la rural, la ejecución de alguien cuyo único pecado fue estudiar, prepararse para honradamente ganarse la vida. Esta muerte también me trae a reflexión la absoluta falta de empatía de las autoridades que, conociendo las amenazas que había recibido, lo volvieron a reubicar en el mismo centro de salud. Digo empatía porque estoy seguro de que ese funcionario o funcionarios que dispusieron regresarlo, de haber sido un pariente de él o de ellos, no lo regresaban. ¿Dónde diablos quedó nuestro buen sentido? ¿Dónde diablos se fue nuestro verdadero sentido de solidaridad y empatía? Por eso me dueles Ecuador. Y cada vez más, muchos estamos pensando que las cárceles ya no son suficiente castigo o solución para estos seres, que en la estricta definición de la RAE, no pueden ser catalogados como humanos.
David Ernesto Ricaurte Vélez