Cartas de lectores | Ecuador, ¿hacia dónde vamos?

La falta de energía, crecientes costos de producción e inseguridad seguirán siendo factores determinantes

Las últimas cifras del Banco Central del Ecuador (BCE) revelan una dura verdad: la economía ecuatoriana se contrajo un 2,2 % en el segundo trimestre de 2024. Eso refleja la profunda crisis que atraviesa el país. Mientras el BCE mantiene su proyección de crecimiento anual en 0,9 %, las señales desde los sectores productivos y las estimaciones del FMI sugieren un escenario mucho más pesimista, cercano a 0,1 %. A esto se suma la posibilidad de cerrar el año con al menos un trimestre negativo y quizás dos. Este desplome en ventas está vinculado directamente a pérdida de liquidez en el sistema. La cadena de pagos se ha visto interrumpida y los depósitos, medida indirecta de la salud financiera del país, han disminuido en todo el primer semestre. El Gobierno debe centrar esfuerzos en destrabar los contratos de inversión firmados que no han sido ejecutados por obstáculos normativos pues representan una oportunidad tangible para generar crecimiento y empleo a corto plazo; su activación podría ayudar a estabilizar la economía en 2025. Será difícil alcanzar el 0,9 % de crecimiento proyectado por el BCE. Las empresas deben prepararse para cerrar el año en un entorno de muy bajo crecimiento económico y alta incertidumbre política. La falta de energía, crecientes costos de producción e inseguridad seguirán siendo factores determinantes que dificultarán la reactivación económica. No hay que preguntarse si habrá recuperación a corto plazo, sino cómo sobrevivir a los próximos meses mientras nos preparamos para un 2025 aún incierto.

Jimmy Murillo Espinoza