Cartas de lectores: Elige ser valiente el 13 de abril

Que el Ecuador sea tierra de paz, tranquilidad de progreso y bienestar para todos, porque aquí habita Dios

El próximo domingo 13 de abril ocurre algo insólito para nuestro país: ese día es Domingo de Ramos, la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, dando inicio a la Semana Santa; es una fiesta cristiana. Hermoso regalo que vamos a tener los ecuatorianos cuando elegimos al presidente que guiará por cuatro años los destinos de la patria. 

Ese día también se conmemora el Día del Maestro Ecuatoriano, pilar fundamental en la formación y educación de los nuevos líderes de la nación. Ecuador está en las manos de Dios, pero para ello debemos ser valientes, decididos, salir a sufragar por una patria libre de miedos. Al permitir que el miedo dicte nuestras acciones nos limitamos a nosotros mismos y a nuestra capacidad de logros. Por otro lado, la valentía nos permite tomar decisiones audaces, defender nuestros valores y afrontar los desafíos con decisión. 

La valentía es la piedra angular del crecimiento personal, se necesita coraje para salir de nuestra zona de confort y afrontar lo desconocido. La valentía es un camino y tiene sus obstáculos, sus dolores y tristezas; pero también está llena de esperanzas, de fe. La valentía nos permite enfrentar el peligro, la oposición o los desafíos de la vida con audacia, calma y firmeza, porque confiamos en Dios. La valentía es una puerta de entrada necesaria a la autenticidad, a hacer lo correcto. En tiempos de conflicto y crisis, las señales de valentía pueden iluminar la perspectiva de la esperanza y la posibilidad de cambio. La valentía es la admirable cualidad de ser capaz de enfrentarse a cosas aterradoras; también se la puede llamar coraje o valor.

A los hombres la vida nos viene dada, pero no hecha del todo; debemos nosotros configurarla. Y esta función ha de realizarse conforme a un canon o módulo, que es el ideal del bien. Aun cuando la situación ha sido difícil para Ecuador, hay un norte, una luz. 

Los ecuatorianos enfrentamos el próximo domingo la decisión de escribir una nueva historia para nuestra patria, hacer de ella un país que salga adelante sin intereses políticos, sin odios ni revanchismo, servir antes que servirse. Somos constructores, nacimos para levantar lo caído; somos guerreros, trabajadores, defensores de la vida, solidarios; respetamos la propiedad privada, el Estado de derecho, la democracia, las creencias religiosas. Estrechemos nuestras manos y que nuestros abrazos sean más generosos que nunca, pensando en el bienestar de la patria. Que el Ecuador sea tierra de paz, tranquilidad de progreso y bienestar para todos, porque aquí habita Dios.

Sara María Garaicoa Granizo