Cartas de lectores: Élites empresariales: ¿decadencia o insensatez?

Luego de haber revisado con singular interés una de las tantas obras magistrales del brillante filósofo y economista chileno Axel Kaiser, es oportuno escribir esta misiva, acogiendo en gran medida la trama de su apasionado pensamiento libertario. Es perturbadora la ausencia o al menos la poco evidente acción de aquel aparato empresarial respecto a estructurar un sostenido protagonismo en la creación de los ‘think tanks’ (laboratorios de ideas o comités de expertos) encargados de verter en la sociedad a través de todos sus estratos, sean colegios, universidades, gremios profesionales, estudiantes, iglesias, artistas, intelectuales, medios, redes, agrupaciones de toda índole, y por medio de entusiastas operadores y ‘thinkers’ libertarios, que actuando sobre foros, conversatorios, charlas, conferencias, redes, vayan haciendo calar en la población un pensamiento crítico que asimile una nueva visión, gracias a una inversión fructífera, no respecto a un inmediatismo pero sí con frutos invalorables para el futuro de un país; dejar de caer en actitudes cómodas o bien genuflexos o acolitando al poder para lograr quizás benevolencias temporales o con la equívoca actitud defensiva de formar una circunstancial cortina. Los políticos solo buscan votos y terminan haciendo lo que una gran mayoría poblacional piensa; allí está la razón para empezar con ímpetu esa nueva cruzada histórica de culturización, que motive una organización civil robusta desligada de los partidos. Entre muchos casos, en América Latina es singular y estupenda la acción de la universidad laica Francisco Marroquín, de Guatemala, en sus estrategias de generar esos ‘think tanks’, y haber arrancado en gran medida a ese pueblo, desde un absorbente y tenebroso marxismo, a un ideario relevante de pensamiento libertario, al punto que este emerja desde seres comunes y diversos que brotan de todos los ámbitos y en redes sociales. ¿Qué espera el empresariado? La Libertad económica es la única puerta hacia el progreso; el estatismo pesado y regulatorio, la puerta hacia la pobreza y conculcación perversa de la libertad.

Augusto Osorio M.